Desde el 8 de mayo, el teléfono del monseñor Edinson Farfán Córdova no ha dejado de sonar. El obispo de la Diócesis de Chiclayo revela que cientos de periodistas de diferentes partes del mundo lo han contactado para conocer más acerca de Robert Prevost Martínez, el hoy papa León XIV, y a quien sucedió en el cargo, tras su partida a Roma. Esta vez, en la intimidad de su despacho, hace una deferencia con Expresión para conversar largo y tendido sobre sus deseos para la diócesis y su mirada crítica sobre lo que ocurre alrededor, más ahora que Chiclayo está en los ojos del mundo.
¿Cuánto tiempo lleva frente al Obispado?
Mi nombramiento fue el 14 de febrero del 2024 y el 16 de marzo de ese año hice la toma de posesión. Ya tengo casi año y medio conociendo la diócesis. Atendemos no solo a Lambayeque, sino también a la provincia de Santa Cruz, en Cajamarca. Tenemos una bella misión en la sierra con Santa Cruz, que tiene catorce distritos, y con Ferreñafe, que tiene a Cañaris e Incahuasi. Tenemos que visitar a toda la misión. Gracias a dios tenemos un buen número de sacerdotes diocesanos. En la diócesis tenemos cincuenta parroquias. Algunas son muy grandes y en algún momento habrá que dividirlas en dos para dar una mejor evangelización. Es importante entender que los sacerdotes están siempre para la misión y evangelizar. Para eso necesitamos seguir orando por las vocaciones sacerdotales, religiosas y las de laicos, de familias consagradas y comprometidas. Veo aquí una diócesis bien formada, que se refleja en la participación de la eucaristía, en el sacramento de la reconciliación al que acude mucha gente.
¿Cuántos sacerdotes tenemos en la Diócesis de Chiclayo?
Tenemos 98 sacerdotes diocesanos y unos 25 religiosos. Siempre hay necesidad, por eso hay que pedirle al dueño de la mies que nos envíe muchas vocaciones. La diócesis realmente necesita más sacerdotes. Sin embargo, tenemos que dar gracias a Dios, porque es una de las que más sacerdotes tiene. Hay diócesis que tienen 40, 30 sacerdotes. Acabo de venir de una prelatura del sur del Perú, de Chuquibambilla en Apurímac, y solo tenía 14 sacerdotes para 28 distritos. Es una necesidad seguir orando.
La participación de los fieles en su diócesis demuestra que en Chiclayo no hay deserción…
Lo puedo comprobar, lo he palpado en carne propia en la Diócesis de Chiclayo. Es increíble la fe de la gente, una gente formada, que vive su fe sencilla a través de la religiosidad popular. El papa lo dijo: a mi querida diócesis que me ha dado tanto. Yo también puedo decir esto. La gente me da vida. Cuando voy a los pueblos la gente te da fortaleza, ves la fe sencilla y la fe agradecida de tanta gente que tú llegas y lo primero que te dicen es: “Dame la bendición”, “Padre, quiero confesarme”, “Padre, quiero hablar con usted”. Celebras la Eucaristía y sigue la gente pidiéndote un consejo y, obviamente, esto no se ve en muchos lugares.
¿Es la fe la que nos mueve día a día?
Es la. Es la fe en este Jesús vivo que está presente. Y lo bonito de la diócesis es que la gente está comprometida también con la dimensión social. No solo es una fe intimista, una fe que me guardo, no. Es una fe que el señor me da y yo puedo compartir. Hay muchos voluntarios en todos los niveles. Por ejemplo, voluntariado de salud, de pastoral carcelaria, de los migrantes, de comedores populares, esto es una bendición de dios. Son gente que participa de la eucaristía, que hace todo esto porque el señor los mueve, porque han recibido tanto de él que lo único que tienen que hacer es darlo con gratitud.
Y en ese dar, usted como líder la Iglesia Católica en Lambayeque tiene un comedor. ¿A cuántas personas atiende diariamente?
Nosotros tenemos un comedor aquí en la Catedral, pero tenemos otros más. En Monsefú tenemos uno, en Reque otro, la parroquia San Juan Apóstol tiene el suyo. Algunos atienden a 40, 50 personas, pero en Monsefú me quedé sorprendido porque atienden a 150 personas. Y cómo lo hacen, les pregunté, y me dijeron que lo hacen con lo que reciben de la caridad de la gente. Uno se queda sorprendido. Esto es gracias a la caridad de la gente. Es decir, nosotros abrimos la puerta y el comedor es para todos. En algún momento nuestros hermanos venezolanos migrantes también participaban y aún participan. Creo que el ser humano es un hijo de Dios, independientemente de la región. Todo aquel que necesita es bienvenido para ser acogido en nuestros comedores populares. Por eso es lindo cuando la gente llega con las ofrendas y da arroz, azúcar, aceite, todo esto se recoge para distribuirlo en las parroquias, a los comedores populares.
¿Cómo nos ha cambiado la elección de Robert Prevost como papa de la Iglesia Católica?
Nos ha cambiado la vida. Desde el momento que estuve esperando el anuncio del nuevo papa pedí a todas las parroquias que se tocaran las campanas. Fui con mis siete sacerdotes con los que vivo en la diócesis y les dije vamos a escuchar. Cuando salió el anunció de que el cardenal Robert Francis Prevost fue elegido como papa, nosotros lloramos de alegría. Era nuestro obispo, él ha sido mi formador, prácticamente me promovió para entrar a la vida agustiniana. Terminando la televisión fuimos a la capilla privada que tenemos para rezar por él. No salíamos del asombro. Me lavé la cara, tenía los ojos rojos y les dije ahora sí vamos afuera porque la vida nuestra ha cambiado.
Afuera ya estaba la prensa nacional que quería conversar conmigo de todo lo que significaba este hecho. Después de dos horas estuve dando la conferencia de prensa para los medios regionales y nacionales. Pero al día siguiente llegó la prensa internacional y desde allí no he parado de dar entrevistas y también hablar para diferentes medios. Pienso que una de las grandes responsabilidades para nosotros es orar por el papa. Chiclayo está en los ojos del mundo y tenemos que estar a la altura para recibir a peregrinos y a turistas. A esta casa llega mucha gente. Y nos preguntamos si aumentó el número de peregrinos y turistas, y sí, aumentó. Vienen a ver su Catedral y, sobre todo, la Ruta del Papa. El papa nos ha cambiado la vida para bien, tanto a la diócesis como a la región.
Recientemente, tuvimos una reunión con los empresarios, quienes se comprometían para seguir trabajando por la Ruta del Papa. Necesitamos trabajar en nuestra Catedral, porque es la foto parta toda la región, para el mundo. Estamos allí. Son muchas reuniones, el Perú es de mucha burocracia. Una reunión tras otra, levantar expedientes, observaciones, pero no perdemos la esperanza de tener nuestra Catedral el próximo año lista para los ojos del mundo.
¿Qué demandaría tenerla como la debemos mostrar al mundo?
Necesitamos perseverancia, transparencia para que todos los que estamos involucrados, tanto el gobierno central, el gobierno regional, el provincial y también las empresas. Todas las instituciones necesitamos estar unidas, porque -cuando nos piden un documento para cierta institución-, tienen que brindarnos todas las facilidades. No puede decir regrese dentro de un mes y después vuelve el próximo mes, creo que tenemos que agilizar. Eso le he manifestado al gobierno central, a la ministra de Comercio Exterior y Turismo, que hay que agilizar. Al gobernador regional también. Están muy disponibles, pero necesitamos desatar cabos, porque el Perú es de burocracia, de trámites, y esto no nos favorece ante los ojos del mundo.
Y el presupuesto entregado debe ser aplicado de manera eficiente y célere para los objetivos propuestos…
Como Iglesia velaremos por la transparencia y la rendición de cuentas. Se nos ha formado en que, si hay un dinero para un proyecto, debe ser usado para ese proyecto. No podemos sacar para usarlo en otro proyecto. Si me sobra, lo devuelvo. “Oye, pero después no te van a dar plata para otro proyecto”. No me importa, pero no me quedo con esto. Creo que los proyectos son exactos y hay que respetar la intención de los donantes cuando se trata de una empresa privada.
En cuanto a la capilla La Verónica, se habló de su recuperación y de un presupuesto que incluso está donado para su levantamiento, ¿eso es cierto?
Estamos en conversaciones. Por lo menos las empresas ya están focalizadas para que nos ayuden. Se pretende conseguir siete millones de soles y dar este paso. Les he dicho que este es un gran paso, un compromiso, pero el objetivo es que se concrete, lograr que la capilla pueda ser restaurada. Hay buena voluntad, el compromiso está. El expediente es muy costoso porque es una capilla valiosa. Mencionaba a toda la prensa que es como el patrimonio de la región Lambayeque, patrimonio religioso, cultural, es como recobrar la historia de Chiclayo. Recordemos cómo se ha ido haciendo Chiclayo. Cuando me narraban cómo ha ido creciendo considerablemente Chiclayo, me mencionaban a esta capillita, a La Verónica. Cómo no recuperarla.
¿Podemos dar a fin de año la noticia de que se va a restaurar?
Sí, a fin de año tendremos más claridad en esto, teniendo presente que estamos en un jubileo grande. Este 13 de diciembre se da apertura al año jubilar de Santo Toribio de Mogrovejo: trescientos años de canonización. Y Santo Toribio murió en Zaña, en el territorio de la Diócesis de Chiclayo. Y nosotros tenemos una reliquia de primer grado. Vamos a hacer una celebración grande. Empezamos el 12 con la víspera, la historia de Santo Toribio, un concierto, y al día siguiente la misa central en Zaña, a donde vendrá el nuncio apostólico en el Perú, que es el representante del papa, y muchos obispos. Necesitamos que la región Lambayeque viva esta fiesta porque vendrán miles de peregrinos y devotos.
Necesitamos prepararnos en hospedaje, gastronomía, limpieza, seguridad…
Y en pistas, alcantarillado, en todo. Ayer manifesté esto también. Es algo grande y será todo el año. Empieza el 12/13 de diciembre y termina el 16 de diciembre del 2026. Mucha gente vendrá a peregrinar. Santo Toribio es el patrono del episcopado peruano y latinoamericano. Es ese pastor con olor a oveja que visitó todos los rincones de su diócesis.
Cañaris, Incahuasi, Mórrope, la zona más pobre de Lambayeque, ¿qué son para usted, monseñor?
Es la clara opción por la misión. Tenemos que apostar por ellos y cuidar esta misión. Yo vengo de Apurímac y siempre he luchado en el Sínodo, cuando he alzado mi voz. He dicho que cuidemos nuestras culturas originarias y autóctonas. Cuidemos las culturas de los pueblos, a los indígenas también, que son maravillosos seres humanos, a ellos hay que cuidarlos. Cuando uno se mete de lleno al trabajo, descubre que están descuidados. A veces las autoridades los ven por números. Me ha tocado algunas veces pedir un colegio para estas comunidades. Te dicen: “Es que no hay mucha gente arriba”. Pero estamos hablando de cuidar las culturas autóctonas, hay que cuidar las culturas originarias. Si no las cuidamos y no les damos las oportunidades para que estudien y trabajen, es obvio que van a venirse a las ciudades y poco a poco iremos perdiendo esto.
Para mí Cañaris, Incahuasi, Mórrope y todas las comunidades ocupan un lugar importante en la misión de la diócesis. Y allá se les envía siempre a los mejores para cuidar. Es decir, a los pobres se les da lo mejor. Para mí son una prioridad estos lugares de periferia. Son lugares de periferia geográfica a los que hay que ir a veces en mula o caballo para poder llegar a los últimos rincones. Pero los pobres nos evangelizan, nos muestran el rostro de dios. Y son tan agradecidos que uno dice: “Señor gracias por evangelizarme, por ayudarme, porque son ellos los que me dan tanto para seguir dando lo mejor en la iglesia que me has encomendado”.
¿Qué mensaje dejaría a la prensa, autoridades y ciudadanía y general?
Estamos viviendo en toda la iglesia un ‘kairos’, es la implementación del camino sinodal. La sinodalidad significa un camino que se hace juntos. El papa Francisco y el papa León XIV van en esta misma línea. Hagamos un camino juntos, unamos fuerzas. Esto requiere de propiciar espacios de encuentro para el diálogo, para escucharnos aún en las diferencias para juntos sacar un proyecto común, unirnos autoridades civiles, políticas, militares, religiosas, todos juntos para poder sacar adelante a nuestra región, que necesita mucho de sus autoridades, de la gente misma, porque ha dado tanto al Perú. Hay gente tan buena en Chiclayo que, obviamente, la región necesita ser atendida, pero divididos no vamos a lograr nada.
A los medios de comunicación: Este servidor es el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal Peruana. Los invito primero a discernir la comunicación, esa comunicación que se transmite desde el corazón y necesita ser discernida, es decir, ser escuchada, necesita de tiempo para comunicarse con verdad y transparencia. Estamos llamados los medios de comunicación a comunicar una verdad discernida. El discernimiento significa estar atento a todo. No a tener la primicia de poner una noticia y ya. La comunicación tiene que ser comunicada desde el corazón, discernida con tiempo y bien planteada para darla a conocer. Y esto viene acompañado con la verdad. Les invito a todos a hacer este camino juntos y a confiar siempre en el señor, porque él es quien nos mueve y nos invita a dar lo mejor de nosotros mismos.
¿Cómo va la gestión de Eten como Ciudad Eucarística?
Cuando llegué dije: “Quiero conocer Eten”. He llamado a todos los grupos para conversar, sentarme con ellos. Este es el momento de Eten. No tienes idea los miles de peregrinos que van a Eten para participar de la eucaristía, para dar gracias por el milagro eucarístico, pero aquí Eten necesita estar unido, todos los grupos, autoridades. Hay buena disposición de las autoridades de ayudar a Eten, ahora solo queda concretar lo que es un deseo del papa León XIV: que se pueda realmente promover este milagro eucarístico. En algún momento, cuando nos veíamos en la Conferencia con monseñor Prevost, él me dio una agendita del Niño de Eten y me dijo: “Edinson, aquí está, este es un milagro, hay que seguir investigando, haciendo más estudios. Le he llevado ya la imagen al papa (Francisco)”. Cuando el papa llegó, el entonces monseñor Prevost pidió que la imagen del Niño fuera a la misa. Él es muy creyente de este primer milagro eucarístico en el Perú y América Latina. Tenemos que seguir promoviendo y cuidando los espacios de espiritualidad para que esto no se nos desborde. Y, obviamente, el centro siempre será la eucaristía. Las autoridades van a ayudar. Ya nos están brindando las facilidades. Necesitamos reunirnos con el pueblo, con la gente, que es buena. Sin embargo, a veces el mal espíritu, el demonio, se mete cuando hay una cosa buena. Este es el momento de Eten.
Nos han regalado también una reliquia de primer grado del beato Carlos Acutis. Es un cabello suyo. Lo bonito de este niño es que nunca vino al Perú, pero desde sus redes sociales nos localizó y en sus escritos estaba Ciudad Eten como milagro eucarístico. Y su mamá, en honor a eso y por cariño a Eten, ha decidido darle esa reliquia porque es una ciudad eucarística. En pocos días será canonizado y allí está, la gente va también a pedirle allí. Va mucha gente a Eten los sábados y domingos a participar de la eucaristía y a ganar siempre la indulgencia plenaria, pues es un templo jubilar. Es lindo ver la respuesta de la gente, creo que vamos por buen camino y Eten tiene mucho para dar.
Tengo entendido también que el 13 de septiembre se va a dar inicio a la obra del Terminal Portuario de Eten. Entonces, el papa nos ha abierto las puertas al mundo con el solo hecho de haber mencionado a su querida diócesis de Chiclayo.
Finalmente, lo han visitado las damas de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque para coordinar el concierto de música cristiana católica para agradecer a Dios por el nombramiento de Robert Prevost como papa León XIV.
Mi saludo fraterno y gratitud a las damas de la cámara de comercio, quienes tienen muchas iniciativas. Ellas han venido a visitarme para pedir el apoyo, sobre todo, para invitar a todos los fieles a participar de un concierto de música y alabanza católica, ecuménica, donde todos los creyentes podamos alabar a Dios y reconocer que todo lo que tenemos viene de él. Este concierto será el 4 de octubre a partir de las 3:00 p. m. en el Estadio Elías Aguirre. Quiero enviarle mi bendición a todo el pueblo chiclayano, a todo el voluntariado y a todas las familias que siempre participan de todas las actividades de la Diócesis de Chiclayo. Les expreso mi bendición y mejores deseos. De igual forma, para el Semanario Expresión, mis mejores deseos y la invitación para hacer un camino juntos. Que el señor les siga dando esta sabiduría, inteligencia, entendimiento, ciencia, para que puedan buscar siempre el bien común. El papa Francisco nos dejó una bella encíclica que se llama ‘Fratelli tutti’,la cual nos invita a hacer un proyecto común, salir de nosotros mismos para pensar en la fraternidad universal. Que el Semanario Expresión busque siempre el bien común y anhele todos los días la fraternidad universal tan necesaria en este tiempo.
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