Por segunda vez, Chiclayo congregó a empresarios, expertos e investigadores del cultivo, producción, procesamiento y exportación de pasifloras, que agrupa a frutos reconocidos como la maracuyá y granadilla. El III Congreso Internacional fue organizado por la Asociación de Exportadores – ADEX, con el respaldo del Instituto Nacional de Innovación Agraria – INIA.
Elkin Vanegas Murillo, presidente del Comité de Frutas y Hortalizas de la Asociación de Exportadores – ADEX, destacó que antes de la realización del primer congreso, ADEX ya ha organizado otros cuatro congresos exclusivamente sobre maracuyá, por lo que tiene siete años promoviendo encuentros de elevado nivel técnico y empresarial para abordar el desarrollo de este tipo de cultivos.
“Tenemos siete años trabajando por la promoción de la pasiflora y en esta oportunidad se han congregados profesionales, especialistas y empresarios de todas las regiones costeras del país y lugares con una altura de hasta 1200 y 1400 metros sobre el nivel mar, que hasta donde crece la maracuyá. Hemos recibido a 500 participantes y ha resultado exitoso este congreso, gracias también a la gentileza de la Universidad Señor de Sipán de acogernos en sus instalaciones”, comentó.
Frutos maravillosos
Las pasifloras (género Passiflora), conocidas popularmente como flor de la pasión, granadilla, maracuyá, curuba, entre otras variedades, son plantas con múltiples bondades que abarcan la salud, la nutrición, la gastronomía y hasta la ornamentación.
A nivel de la salud, tiene propiedades calmantes y ansiolíticas: sus hojas y flores contienen flavonoides y alcaloides que ayudan a disminuir la ansiedad, el insomnio y el estrés. Tienen, además, efecto digestivo: algunas especies (como la granadilla) son suaves para el estómago y recomendadas para niños y personas con gastritis. Asimismo, brindan apoyo cardiovascular: el maracuyá, por ejemplo, es rico en antioxidantes y potasio, favoreciendo la salud del corazón y la presión arterial. También suman al fortalecimiento inmunológico: aportan vitamina C, que mejora las defensas naturales del organismo.
Desde luego tienen bondades nutricionales, son ricas en fibra: ayudan a regular el tránsito intestinal; fuente de vitaminas y minerales: destacan la vitamina A, C, complejo B, además de potasio, fósforo y calcio; y tienen bajo índice calórico: son frutas ligeras, ideales en dietas equilibradas.
Se pueden consumir frescas (granadilla, maracuyá, curuba); sus jugos y pulpas son muy apreciados en bebidas, postres, helados y repostería, y se usan como saborizantes naturales en coctelería y gastronomía gourmet.
Importancia del cultivo
El también vicepresidente de la Cámara de Comercio y Producción de Lambayeque precisó que es importante valorar con fines de exportación a productos como la maracuyá por las bondades que esta tiene, pero además porque en la cadena productiva participa directamente el pequeño agricultor.
“El Perú se ha convertido en un granero del mundo no solamente por la exportación de cereales, sino también de frutales y siendo el maracuyá un producto tan exótico y de buena calidad, no está demás impulsar su producción, sobre todo porque podemos ayudar al pequeño y mediano agricultor a producir más por hectárea para poder ser competitivos en los mercados internacionales”, refiere.
En el 2024, Perú exportó 17 479 toneladas de maracuyá por un valor de US$ 59.8 millones, lo que representó un crecimiento de +2 % en volumen, pero con una caída de -10 % en el valor. Esto se explica porque los precios de la mencionada fruta se redujeron en -11 %, llegando a promediar los US$ 3.42 por kilogramo.
El maracuyá se exportó principalmente en presentaciones procesadas (70 %) o congeladas (29 %), mientras que el producto fresco tuvo una participación mínima del 1 %.
De los 42 países a los que llegó la fruta peruana, los Países Bajos fue el principal destino, con 6818 toneladas adquiridas por un valor de US$ 25.1 millones, lo que significó un crecimiento de +3 % en volumen, pero con una reducción de -1 1% en el valor. Con respecto al precio, se redujo -13 %, promediando en US$ 3.69 por kilogramo. La empresa con mayor presencia en este mercado fue Quicornac S.A., asentada en el distrito de Olmos, con el 52 % de los envíos.
El segundo puesto fue para los Estados Unidos, con 3690 toneladas enviadas por un valor de US$ 13.9 millones. Esto significó un crecimiento de +25 % en volumen y +13 % en valor. A pesar de lo números positivos, el precio promedio estuvo en US$ 3.78 por kilogramo, 10 % menos que el periodo anterior. En este destino, Quicornac S.A. destacó como el mayor exportador, con una participación del 28 %.
Cerrando el podio se ubicó Francia, con 2319 toneladas compradas por un valor de US$ 6.3 millones, presentando un crecimiento de +14 % en volumen, pero con una caída de -5 % en valor. Con respecto al precio, se redujo -16 %, promediando US$ 2.73 por kilogramo. Selva Industrial lideró los envíos hacia este destino, alcanzando el 70 % del total exportado.
Calidad y competitividad
Elkin Vanegas precisó que lo que se apunta es a garantizar la calidad inocua de la maracuyá y su alto rendimiento, de tal manera que se avance en el reconocimiento de la fruta por su origen.
“La idea es que en el exterior se identifique la maracuyá es de origen peruano, por su sabor y su calidad. Ese es el objetivo con diferentes frutos y para ello se necesita el compromiso de la academia, de los gremios y del Estado, unidos para fortalecer la cadena productiva, sin descuidar al pequeño y mediano agricultor que tanto apoyo necesitan”, indicó.
Destacó que en el Perú, a través del INIA, se tiene la infraestructura necesaria para seguir mejorando la producción de maracuyá, tanto así que ha publicado el primer manual de esta fruta.
“Es el primer manual de maracuyá que se elabora en la historia del Perú y gracias a este trabajo conjunto que emprendimos hace ocho años con el INIA ha sido posible este hito. Ese es un paso importante para la mejora de la calidad y la productividad”, refirió.
Dijo que en Lambayeque hay aproximadamente dos mil hectáreas de maracuyá, por lo que se debe promocionar aún más la ampliación de los cultivos.
“Esas dos mil hectáreas abastecen mucho al mercado fresco, por lo que sus características deben ser de producción más eficiente y de mejor sabor, sobre todo en el dulzor, que es un elemento que estamos perdiendo. Ya no se ve mucho la maracuyá arrugadita, que era de buen sabor y dulce. No se trata únicamente de pensar en el mercado internacional, sino de ofrecer también una buena fruta al consumidor peruano”, mencionó.
Vanegas Murillo comentó que el cambio climático ha tenido un impacto directo en la producción, como sucedió con el ciclón Yaku, que dañó considerablemente los cultivos. En ese sentido, precisó que el objetivo es mejorar el aspecto genético del maracuyá para lograr mayor resistencia.
A nivel nacional son siete mil hectáreas de maracuyá en cultivo, lo que representa una población empleada de aproximadamente 50 mil trabajadores, fueron de la cadena logística para procesamiento y exportación.
“El avance de la exportación se tiene que complementar con obras como el puerto para Lambayeque, que es la salida natural para la macrorregión nororiental, lo que nos hará más competitivos. Por ello también debemos cuidar el Proyecto Olmos, que es ahora nuestra principal fuente productiva de arándano, uva y palta, posicionando a Lambayeque como una región exportadora”, indicó.
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El congreso fue inaugurado por el ministro de Desarrollo Agrario y Riego, Ángel Manero Campos.
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