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EL SATCH: Arbitrios por servicios que no se prestan

Escribe: Jorge Chávez Pita (*)
Edición N° 1303

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  • Uno de ellos es el servicio de serenazgo, que cuenta con diez unidades vehiculares en mal estado, lo que impide cumplir con su función.

A través del Servicio de Administración Tributaria de Chiclayo – SATCH, la Municipalidad Provincial de Chiclayo – MPCH, realiza la cobranza en su calidad de arbitrios por diferentes servicios como: Limpieza Pública, Parques y Jardines y Serenazgo, cuyos costos periódicamente son incrementados, a pesar de las deficiencias con los que son prestados desde su implementación, entre ellos el inservible servicio de serenazgo que al fin y al cabo termina generando una frondosa burocracia para su administración, ha servido de agencia de empleos y se hace cada vez más grande para arrinconar a los contribuyentes a pagar la cuota mensual no retribuible a su favor.

La falta de funcionabilidad debidamente organizada y el inadecuado equipamiento motorizado  del servicio de Serenazgo que supuestamente brinda la MPCH, pone a esta prestación de un servicio ciudadano, que por cierto es pagado mes a mes por los contribuyentes, en una condición de cobrar por lo que no hacen y usufructuar dineros recaudados por un servicio que no ofrecen y, si lo hacen, tienen un paupérrimo efecto disuasivo sobre la inseguridad ciudadana, que exponencialmente viene creciendo en la ciudad, sin que este aparato débil e ineficiente pueda, por lo menos, mapear los puntos críticos y disuadir a quienes son sus actores principales, en este caso la delincuencia callejera que debilita cada vez más el mecanismo de vivir en una ciudad segura como derecho fundamental.

¿En qué consiste el servicio de serenazgo?

Este servicio, por su naturaleza misma, está orientado a la conservación del orden urbano, la seguridad de la vida y las propiedades de la población, siendo desde ya en estos tiempos extremadamente necesario, resulta imperativo que este sea adecuadamente prestado.

En ese sentido, David Palma Alvarado, doctor y docente en Historia de la Universidad Católica de Chile, define a los serenos “como elementos que constituyen la expresión de una fuerza especial pública y permanente en el país”. En nuestro caso, en los ámbitos donde este servició es prestado, por el cual debemos pagar la cuota asignada, cuando el mismo sea ofrecido con eficiencia y calidad.

La calidad del servicio

Se asume como una realidad absoluta que el servicio de serenazgo que brinda la MPCH, desde que se instauró para prevenir el crecimiento de la inseguridad ciudadana, ha sido y sigue siendo paupérrimo, simbolizando la ineficiencia y la ineficacia para el que fue instaurado, por cuanto la delincuencia no ha sido disuadida en lo más mínimo y la sintomatología del pánico en la sociedad ha crecido a niveles insospechados, como por ejemplo, cuando debemos utilizar el teléfono celular tenemos que mirar de un lado a otro porque hay más amigos de lo ajeno que serenos en la ciudad.

El precario equipamiento

En el año 2010, durante la primera gestión del exburgomaestre Roberto Torres, la comuna de Chiclayo adquirió 20 camionetas para la correcta instalación del Centro de Atención de Emergencias para la ciudad de Chiclayo, cuyo costo superó el millón 100 mil soles, hoy en día – con documentación a la vista – solo circulan un promedio de nueve  diariamente, de las 11 que aparentemente se encuentran operativas.

Estas unidades se encuentran en una condición precaria en todos sus aspectos de operatividad por el tiempo de su uso. Según el último contrato suscrito por la actual gestión edil de Janet Cubas, utilizarán durante diez meses 35 mil galones de petróleo con un costo cercano a los 600 mil soles, importe que, indefectiblemente será pagado con los ingresos por los arbitrios mensuales que la ciudadanía contribuye, a pesar de que la comuna  brinda este servicio predominantemente sin contar con las condiciones básicas que el mismo requiere para garantizar por lo menos estándares de calidad que le permitan seguir sobreviviendo.

Todo sigue igual o peor

Cumplidos los cinco primeros meses de la gestión de Cubas Carranza, la realidad es evidente y el servicio de serenazgo no ha mejorado. No se ve la mejora de los sistemas de seguridad, vehículos modernizados o agentes debidamente preparados y especializados, lo que en buena cuenta nos permite colegir que los ingentes ingresos con los que cuenta la comuna sólo están sirviendo para sostener un sistema ineficiente y no para mejorar la estructura básica del mismo que tiene que ver con la vida y la seguridad ciudadana.    

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(*) Especialista en Contrataciones del Estado.

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