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CEBE San Pedro: Pilar de la educación inclusiva en Lambayeque

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1422

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Cada año, el 16 de octubre se conmemora el Día de la Persona con Discapacidad, fecha que nos invita a mirar con sensibilidad y compromiso a quienes, pese a las limitaciones que la vida les impone, enseñan con su ejemplo el verdadero significado de la superación. En Lambayeque, este llamado cobra especial fuerza al conocer la realidad del Centro de Educación Básica Especial (CEBE) San Pedro, una institución que simboliza la lucha diaria por la inclusión y el respeto a la diversidad.

El CEBE San Pedro acoge a 88 estudiantes entre 3 y 20 años de edad, todos con distintos diagnósticos: discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista, discapacidad física o multidiscapacidad. Ellos representan un universo de sueños, desafíos y esperanzas que no puede quedar al margen de las políticas públicas ni del interés de la sociedad. Sin embargo, esta noble tarea se sostiene con solo 10 docentes y 2 auxiliares, un equipo pequeño que multiplica su esfuerzo cada día para brindar atención personalizada y afectiva a cada alumno.

Desde marzo de 2024, la directora Marisol Calonge de la Piedra ha asumido con entrega y visión el liderazgo de este plantel. Su gestión no solo se enfoca en lo pedagógico, sino en abrir puertas, tocar instituciones y buscar aliados para que la educación inclusiva no sea un discurso, sino una realidad tangible. Con el apoyo de programas alimentarios que proveen ciertos insumos, se busca garantizar al menos un pequeño alivio nutricional para los niños. Pero aún falta mucho.

El Gobierno Regional de Lambayeque, a través de la Gerencia Regional de Educación, tiene la oportunidad y la obligación moral de mirar con atención a este centro educativo, único en toda la provincia de Lambayeque. Este CEBE atiende no solo a estudiantes de la ciudad, sino también de Mochumí, Íllimo, Pacora, Jayanca, Túcume, Motupe y Olmos, distritos que envían a sus niños especiales con la esperanza de que allí encuentren aprendizaje, comprensión y cariño.

Pero las carencias son grandes. El plantel necesita una infraestructura adecuada: aulas adaptadas, talleres educativos, una capilla, un comedor digno, servicios higiénicos accesibles y espacios de terapia que respondan a las necesidades reales de sus estudiantes. Cada muro sin pintar, cada puerta sin rampa, cada aula improvisada es un recordatorio de la deuda que tenemos con ellos.

El Centro de Educación Básica Especial - CEBE San Pedro de Lambayeque tiene 43 años al servicio de la niñez de la vecina provincia. La institución, aún con brecha de personal, cuenta con profesionales especializado en las diferentes discapacidades que presentan los estudiantes y con Equipo SAANEE, quienes apoyan y dan asesoramiento a las instituciones educativas inclusivas de la región Lambayeque.

“El Cebe San Pedro es una  institución pública de educación básica especial, con una filosofía de vida inclusiva que impulsa la formación integral de las personas con necesidades educativas especiales potenciando el desarrollo de habilidades hacia el proceso de inclusión familiar, escolar, laboral y social, comprometiendo a la familia como protagonista de la formación de sus hijos e hijas”, refiere Marisol Calonge.

La visión del centro es ser, al 2029, una Institución Educativa Especial modelo de la educación integral de personas con necesidades especiales – NEE, dotada de una cultura y práctica inclusiva con una comunidad comprometida al servicio del prójimo.

La inclusión no puede ser un concepto abstracto ni un tema de efemérides. Es una causa permanente que debe reflejarse en presupuestos, obras y voluntad política. Los niños y jóvenes del CEBE San Pedro no piden privilegios; piden oportunidades justas para desarrollarse, aprender y sentirse parte de la sociedad.

Lambayeque tiene una tradición de solidaridad, de fe y de humanidad. Es tiempo de demostrarlo también con hechos. Que este Día de la Discapacidad no pase inadvertido entre ceremonias y discursos. Que sirva, más bien, para renovar nuestro compromiso con una educación inclusiva y con una infraestructura digna para quienes más lo necesitan.

Invertir en ellos no es un gasto: es una inversión en sensibilidad, en justicia y en futuro. Porque cuando una sociedad abraza a sus niños más vulnerables, se vuelve más humana, más fuerte y más grande.

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