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EN LAMBAYEQUE LA POLITICA COMO LAS LECHES ENVASADAS

Escribe Orestes Pantoja Hernández para la edición N 1020

Es curioso, el clima político en Lambayeque se parece a las leches envasadas que venden los oligopolios lácteos, son pero no son.

 

Lo mismo sucede con el clima electoral, es pero no es.

 

Las fuerzas principales a enfrentarse las encabeza el fujimorismo, le siguen las huestes de la familia Acuña con APP, a continuación el aprismo y cerrando la fila la dividido izquierda..

 

El caso del fujimorismo es el más clamoroso, todo indica que es la primera fuerza electoral, pero carece de estructura partidaria, no tiene dirigentes identificables, menos locales y vida pública.

 

Cuenta con fiel caudal electoral agrupado bajo el nombre del ex presidente encarcelado, tiene conocidos activistas políticos y una personalidad de fuste: Antonio Becerril.

 

El caso de Becerril llama la atención, los que lo conocen afirman que su principal virtud es la  dureza de carácter y el carisma reconocido, sin embargo tiene hipotecado su futuro inmediato a los avatares de Tumán, donde su figura es controversial.

 

Becerril corre riesgos por la revelada ingratitud de la familia Oviedo, que en las elecciones pasadas hizo todo lo que pudo para torpedear la campaña del ex gerente de Pomalca, incluyendo comunicado público y declaraciones políticas.

 

Sin embargo, a diferencia de Pomalca, donde la familia Oviedo ha traído un equipo nuevo para refrescar su presencia, en Tumán el peso de Becerril le permitirá a este actuar con libertad, porque no hay otro que pueda realizar la compleja y dramática labor que tiene que hacer: vencer a una virulenta oposición que cuenta con muchos recursos externos y no vacila en reclutar matones y desocupados, hacer funcionar a plenitud la fábrica y conseguir paz laboral.

 

Las banderas de Alianza para el Progreso flamean después de un minucioso trabajo de organización con alumnos y familiares de las dos universidades que tienen en Lambayeque, llegando a los lugares más remotos, lo que le permitirá tener personeros y coordinadores de campaña para una mayor cosecha de votos.

Se sabe por gente que ha trabajado la organización de la campaña política, que consiguieron “sincretizar” las metodologías de organización y marketing empresarial con las formas tradicionales de la política “criolla”, con buenos resultados.

 

El caso del Partido Aprista es singular, la militancia está consumida por la depresión y olvidan que en las últimas elecciones perdieron la alcaldía de Chiclayo por estrechísimo margen, más o menos 1%, y no lo celebran porque Marco Gasco, el aprista perdedor, ahora está convertido en mercadería de subasta negociando con todo el que se le acerca, lo que es mal ejemplo para los numerosos y potentes cuadros juveniles que poseen, como nadie en Lambayeque.

Los problemas internos y su delicado posicionamiento en el espectro político nacional son el escollo principal, mientras que la guerra interna en Lambayeque no cesa, pese a las numerosas muestras de fuerza política que han dado los seguidores de Javier Velásquez Quesquén, derrotando a todo lo que se les ha puesto al frente.

 

Por eso llama la atención los deseos verbales del congresista aprista por Lambayeque, de llevar su talento político a Lima, extraño ya que su base social está en la tierra del arroz con pato.

 

La crisis del Frente Amplio y las reunificaciones que saltan a la vista colocan a la izquierda en mala posición para afrontar las próximas confrontaciones electorales y para encabezar el movimiento social.

 

La izquierda va con vergonzosa y amoral división, mostrando voracidad electorera y que poco le interesa el sentido común.

 

La izquierda es el único grupo político que muestra un abanico de posibilidades con gente joven, sobre todo mujeres.

 

A nivel nacional tiene a Verónica Mendoza, Marisa Glave, Mónica Sánchez, Indira Huilca, Magali Solier, que son parte de una nueva generación de izquierda.

En Lambayeque tienen a Cinthia Villanueva, Diana Ordóñez, Natalia Arbildo y a todo un grupo de jóvenes con los que puede iniciar una nueva ruta política en Lambayeque.

 

Tierra y Libertad y el Partido Humanista son los vientres de alquiler que la izquierda tiene a la mano.

 

Los gerontocracia de la izquierda escoge al Partido Humanista de Yehude Simon para que los cobije en sus avatares electorales, con esa decisión favorece las limitadas ambiciones políticas del ex Primer Ministro del segundo gobierno de Alan García.

 

Sin embargo el rumbo que tome Yehude Simon influirá en las elecciones regionales en Lambayeque, es el único contrincante de fuste para Antonio Becerril y si compite a nivel nacional lo deja solo en la carrera.

 

Los rumores van y vienen y se habla de varios personajes que entrarían a la carrera electoral, eso depende sólo de ellos.

Orestes Pantoja Hernández
Fecha 2017-07-07 10:54:21