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¿TENEMOS QUÉ CELEBRAR?

Escribe Freddy R. Centurión González para la edición N 1039

Tanto la pasada semana como la actual está marcada por un tema: la selección y sus duelos en repechaje con Nueva Zelanda. Y la verdad hostiga tanta cobertura mediática al fútbol. ¿Se habrá logrado preparar el norte para las próximas lluvias con la cábala de Gareca y la novia? ¿Acaso se habría resuelto la pugna entre el Gobierno y la prepotente bancada (no banKada, que es una aberración ortográfica) "mototaxi" de haber jugado Guerrero? ¿Se evitaría la amenaza simultánea al Tribunal Constitucional y al Ministerio Público si Farfán metía ese gol? ¿Se habría evitado la quema de nuestro pasado en Ventarrón si Corso metía gol con su cabeceada?


Las noticias que este partido oculta son numerosas e importantes:

 

El ataque a la investidura presidencial por medio de una interpretación caprichosa y errada del texto constitucional para forzar al presidente Kuczynski a acudir ante una comisión parlamentaria.

 

La esperada declaración de Marcelo Odebrecht que salpica a Keiko Fujimori, a Alan García y al mismo presidente Kuczynski.

 

La guerra iniciada entre Keiko Fujimori y El Comercio, el decano de la prensa nacional.

 

El ataque a las instituciones fundamentales de nuestro sistema jurídico como el Ministerio Público y el Tribunal Constitucional a manos de Salaverrys y Becerriles (hay ignorancias que son insufribles verlas, y encima pensar que ocupan un alto cargo en el nombre de la Nación. Pobre Patria mía...).

 

La declaración de emergencia de todo el norte frente a las más que posibles lluvias veraniegas (¿se ha hecho algo en los meses transcurridos desde los desastres de marzo para prevenir futuros daños?).

 

El incendio (esperemos sea por una torpeza insólita) y la pérdida de una parte importante del patrimonio cultural lambayecano como lo fue el complejo de Ventarrón con sus hermosos murales de más de cuatro mil años.

 

Y, sin embargo, la noticia es el repechaje, que la selección de Nueva Zelanda no entrenará en Matute sino en el colegio Markham, que hinchas exaltados tiraron bombardas en las afueras del hotel donde estaban instalados los visitantes (dando de paso una imagen de horda salvaje, lejos de la cortesía y corrección que como anfitriones nos corresponde).

 

La situación en nuestro país es triste, y aún más triste es que la opinión pública no preste atención a temas que verdaderamente cuentan. Es verdad que se debe alentar al deporte nacional, pero no hasta el punto que obnubile nuestra visión. Y ya es un hecho que habrá feriado para el sector público, prestándose a conjeturas sobre el tantas veces mentado indulto de Fujimori. Una vez más, el viejo dicho romano “panem et circens” se aplica en nuestra vida política.


Seguramente no faltará alguien que, llevado de una concepción exagerada del amor al Perú, diga que no alentar a la selección es signo de no ser peruano, confundiendo el patriotismo con un irritante triunfalismo. Patriotismo es interesarse en la marcha del país más allá de un mero figuretismo; es velar por su patrimonio cultural y su adecuada conservación; es informarse a la hora de elegir autoridades, dejando de lado el populismo y la demagogia; es tener conciencia de que se es un sujeto con derechos y, por ende, con deberes. Y eso va más allá de una mera cancha de juego.


Entonces me pregunto, vista la situación que atraviesa nuestro país, si vale la pena celebrar un pase al Mundial en tal coyuntura. Dejo la respuesta a cada lector.

Freddy R. Centurión González
Fecha 2017-11-17 12:42:48