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LAMBAYEQUE: SEMANA SANTA DE TRADICIÓN

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 954

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La ciudad de Lambayeque todos los años se convierte, durante el tiempo de Semana Santa, en un excelente destino turístico de la costa norte, pues en ella se puede vivir la congoja y reflexión propia del catolicismo durante estas fechas. La larga y antigua tradición religiosa es mostrada en las procesiones de las 11 imágenes que cuentan cronológicamente la pasión de Cristo, las mismas que van acompañadas por la enorme feligresía de la Ciudad Evocadora.

 

Esta costumbre que se realiza hace varios años es considerada desde fines del siglo XVIII como una de las tradiciones más celebres de la ciudad por su gran popularidad. Durante su trayectoria ha ido adquiriendo diferentes expresiones culturales propias de las costumbres lambayecanas, siendo sus procesiones las protagonistas en esta remembranza.

 

“Todas las imágenes juntas salen en Viernes Santo, pero son preparadas desde el jueves y mañana del viernes por las familias que decoran sus andas con flores y otras cosas. Para recaudar estos adornos los vecinos realizan actividades y hacen donaciones”, comenta el administrador parroquial de la parroquia de San Pedro de Lambayeque, padre Freddy Beltrán García.

 

SEMANA SANTA

La Semana Santa es una liturgia cristiana que se inicia el domingo siguiente a la primera luna llena del equinoccio de primavera. Este primer día de liturgia es denominado Domingo de Ramos, en este día se conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén montado sobre un asno.

 

Lambayeque conmemora este día con tres procesiones. En la mañana sale la imagen de Cristo montado en el borriquito por la puerta del “Perdón”, una vez terminada la procesión son cerradas las puertas de la iglesia con la finalidad de simular la entrada a Jerusalén. Ya dentro del Templo se procede con la bendición de las palmas y ramas de olivo seguida de la misa.

 

Por la tarde se da inicio a la procesión del Señor del borriquito, esta vez recorre las calles la personificación de Cristo sentado sobre una burra, que es conducida por un mayordomo y dos miembro de la hermandad sostienen la imagen de Jesús. Esta tradición de Domingo de Ramos comenzó a partir de las tres primeras décadas del siglo XX, pero desde el año 2000 la festividad se celebra exclusivamente en la Iglesia y el recorrido abarca todo el perímetro de la Plaza de Armas.

 

Durante la noche se realiza la procesión del Señor del Huerto, esta imagen recorre las calles sobre un anda de madera decorada con palmas, ficus, flores y frutos.

 

“Nuestro templo se llena tanto con las celebraciones del Domingo de Ramos, como la de Viernes Santo y el Domingo de Resurrección. La cantidad de gente es enorme, sobre todo por lo tradicional y bonita que es nuestra conmemoración. Son pocos los lugares en donde se puede vivir de este modo la Semana Santa, eso es porque los sacerdotes españoles permanecieron aquí durante mucho tiempo y se han ido cuidando y preservando estas costumbres”, explica el párroco Beltrán García.

 

El Lunes Santo se inicia los días conmemorativos de la Pasión y Muerte de Cristo. En este día la iglesia Católica recuerda el pasaje de la Unción en Betania, cuando María Magdalena con una fibra de perfume de nardo ungió los pies de Cristo, tal como se encuentra señalado en el pasaje del evangelio de San Juan.

 

Para este día en Lambayeque salía a las calles en andas San Juan, seguido por la imagen del Señor del Prendimiento, que anteriormente era rodeado por la imagen de judíos y Judas Iscariote, de las que hoy no quedan rastros.

 

Durante el Martes Santo se recuerda la traición de Judas y las negaciones de Pedro, la misa en este día gira entorno a los pasajes del evangelio de Juan. Anteriormente, en este día se daba el paso de las imágenes de San Juan, el Señor del Prendimiento, el Señor de la Columna y la imagen de Pilatos en el acto de lavado de manos acompañado de su mujer.

 

En el Miércoles Santo la liturgia católica celebra la Misa Crismal, donde los obispos de cada diócesis dan la bendición al Santo Crisma, el cual es utilizado todo el año durante las ceremonias de bautismo, confirmación, orden sagrado y unción de los enfermos. Para este día en Lambayeque se daban las procesiones de las imágenes mostradas en los días anteriores seguidas del Jesús Nazareno, La Verónica y la Virgen Dolorosa.

 

Durante el Jueves Santo recorrían las calles las imágenes anteriores además del Señor de las Siete Caídas o de los Siete Pasos, imagen desaparecida hace varios años; a esta imagen le precedía la del Señor de la Caña, cuya pérdida se dio por un gran incendio en el año 2000. Finalmente seguía el anda de la Ultima Cena.

 

A mediados del siglo XX por iniciativa del fraile Miguel Matamala Ortiz se confeccionó un elegante Monumento recientemente remodelado gracias a la población lambayecana. “El monumento se prepara toda la semana para el día jueves. Para nosotros es fundamental, le hemos hecho algunas renovaciones como las cortinas de terciopelo fechadas de 1900, sacamos un pequeño libro del Corpus Cristi, el pelicano constituye la parte central que forma el sagrario, a este además de las cortinas, tiene toda la gradería y dos ángeles a los costados”, cuenta Beltrán García.

 

“A mi modo de ver, en el monumento se trata de representar las palabras del Jacob del antiguo testamento, que estaba recostado en unas escalinatas mientras los ángeles subían y bajaban del cielo, y las palabras de Jesús en el Nuevo Testamento en donde hace figura sobre su mesianidad y divinidad como Hijo del Hombre”, explica.

 

El día viernes se conmemora la muerte de Jesús en la cruz. En Lambayeque solo salían tres andas: las del Señor del Descendimiento, el Señor de la Urna, con el cual se representaba el Cristo Yacente, y la Dolorosa.

 

En Sábado de Gloria, se recuerda a Jesús en el sepulcro y su descenso en el lugar de los muertos. Durante este día no había procesiones y se retomaba el tocar de las campanas que había cesado durante el Jueves Santo.

 

Para el Domingo de Resurrección, durante la madrugada se realizaba la misa y a las seis de la mañana salían en procesión dos imágenes: por la puerta principal conocida como “Esperanza” salía La Dolorosa con un manto negro y por la puerta del “perdón”, Jesús Resucitado con una banda roja y una bandera del mismo color.

 

LAS 11 IMÁGENES

El Señor del Borriquito es una imagen de vestir tallada en madera policromada, con ojos de cristal, rostro alargado, cabello largo recogido hacia atrás y con la frente despejada. Esta representa a Jesús en la entrada a Jerusalén mientras sostenía una hoja de palma.

 

La Última Cena es una imagen del Señor junto a sus doce apóstoles en su última reunión. Esta representación es una imagen escultórica de vestir que sale en procesión sobre una plataforma de madera con ruedas debido a su peso, su altura no sobrepasa el metro. Los brazos, rostros y tronco de Jesús se encuentran tallados en madera policromada con ojos de cristal, mientras que en las imágenes de los apóstoles solo se encuentran tallado los rostros con este material. Los personajes visten ponchos en telas de colores y se estima que su creación data desde inicios del siglo XIX en la ciudad de Quito.

 

El Señor del Huerto es otra escultura de candelero, solo la cabeza, el busto y las manos se encuentran tallados en madera policromada. Su creación fue a finales del siglo XVIII y se representa de pie y de frente.  Aquí Jesús es visto con cabello largo, frente amplia con hilos de sangre, mirada hacia arriba, bigote partido cerca a las comisuras y barba rizada; lleva los brazos flexionados a la altura de la cintura y extendidos hacia adelante en actitud de implora. Viste túnica de terciopelo y una corona.

 

El Señor del Prendimiento es otra imagen de candelero tallada de cabeza y manos en madera como las anteriores. Lleva el rostro repintado y su realización se estima desde finales del siglo XVII. Aquí Cristo se encuentra de pie en actitud de resignación, con los brazos extendidos hacia abajo y entrelazado en las muñecas con un cordón de hilo blanco.

 

El Señor de la Columna es una imagen de 163 centímetros tallada en madera. Es una representación de Cristo flagelado y su creación data de finales del siglo XVIII. La vestimenta de la imagen es un sudario de tela encolada cubierta de un faldellín color morado. Jesús se encuentra de cuerpo entero, de pie y de frente, hacia su lado izquierdo hasta la altura de su cadera está la columna exenta de madera dorada.

 

El Cristo Pobre es una representación barroca de 117 centímetros, tallada en madera, con ojos de cristal y tela encolada. Fue trasladada a la Iglesia San Pedro de Lambayeque en febrero de 1785 y fue una donación de los señores Manuel Albújar y Antonio Farro. Esta escultura muestra a Jesús durante uno de sus momentos más dramáticos de la Pasión, mientras se encuentra sentado sobre una silla de madera, dorada con purpurina y asiento de pana color rojo.

 

Jesús Nazareno es otra imagen tallada de vestir, donde se representa una de las caídas de Cristo en su camino a la crucifixión. Está tallada en madera de cedro policromada solo en las partes visibles, mientras que al resto solo se le dio forma, viste de tela morada con hilos dorados. Es de autor anónimos como el resto de imágenes y data de la primera mitad del siglo XVIII.

 

La Verónica, aunque no es citada en los evangelios, su presencia se encuentra en los evangelios apócrifos. Verónica era una mujer que entre la multitud dio a Jesús un pañuelo para limpiar su rostro de sangre. La escultura está hecha en madera, tela encolada y ojos de cristal, se muestra de cuerpo entero, de pie y de frente, vestida con un tocado blanco, túnica color lila, manto de color castaño de revés celeste, correa dorada y descalza.

 

El Cristo de la Agonía es una escultura de tamaño natural elaborada a mediados del siglo XVIII, está hecha en madera de cedro. Es una dramática representación de estilo barroco de Cristo crucificado, lleva una corona de espinas superpuesta con un sudario amarrado al lado derecho. La cruz es rectangular, plana y de color verde. Esta imagen, según el fraile Ángel Méndez Rúa, fue traída desde Quito por encargo de don José Silva Ruiz.

 

La representación del Cristo Yacente es de estilo barroco y fue realizada en fina madera por el peruano Alberto Nalli y obsequiada en 1927 por uno de los hijos del expresidente Augusto Bernardino Leguía Salcedo. La imagen se encuentra depositada en una urna de madera adornada en las esquinas por ángeles de rodillas orando, cubierta en hojas de pan de oro. “No se trata de un Cristo Sangriento y destrozado, por el contrario demuestra ternura y cuidado”, especifica Jorge Izquierdo Castañeda en su libro Semana Santa en Lambayeque.

 

La Virgen de Dolores o más conocida como “La Dolorosa”, es una escultura de vestir en la que solo la cabeza, el busto y las manos están talladas en madera policromada. Es de mediado del siglo XVIII. El nombre de esta imagen proviene de una tradición medieval de la representación de María angustiada por la muerte de su Hijo. En la cabeza de la virgen se encuentra una diadema con ráfagas, en sus manos porta un pañuelo y en su pecho leva el corazón llameante traspasado por siete puñales como símbolo de dolor.

 

 

+NOTICIAS

  • La celebración este año inició el miércoles 16 de marzo con la exposición del Santísimo en la Iglesia San Pedro de Lambayeque y culminará el domingo de Resurrección con la misa a las seis de la mañana.
  • El recorrido de la procesión será por las calles Dos de Mayo, Atahualpa, Junín y Grau de Lambayeque. 

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