La construcción de la nueva ciudad de Olmos "Charles Sutton"’ es uno de los proyectos urbanísticos más grandes en la historia del Perú, toda vez que se trata de la primera urbe totalmente planificada, que surge a raíz del proyecto de irrigación Olmos. A la fecha, su avance de ejecución alcanza el 98.2 %, según comenta Damián Vásquez Bernal, gerente general del Proyecto Especial Olmos Tinajones – PEOT.
Vásquez Bernal explica que, de acuerdo a estudios macroeconómicos hechos en el país, la solución para detener la migración hacia Lima, ciudad que hoy tiene grandes problemas para brindar servicios de calidad debido a la sobrepoblación con la que cuenta, radica en crear dos gigantes polos urbanísticos en el país: uno en el norte, que es la zona de desarrollo del Proyecto Olmos, y otro en el sur, que es el Proyecto Majes Siguas.
“Cuando se hizo el planeamiento integral de desarrollo para Olmos se contempló dos fases. La primera ya está casi completa, todo es dentro del mismo distrito. Allí tuvimos que hacer un plan de desarrollo, de ordenamiento territorial. Lo hizo conjuntamente el PEOT con la Municipalidad de Olmos”, menciona.
Saldo de obra
Detalla que la ejecución de la nueva ciudad está a cargo del gobierno central, a través del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, pero el PEOT ha participado directamente con los estudios topográficos y la definición de la ubicación que tiene la urbe.
Hoy lo que resta de saldo de obra comprende trabajos sencillos como la limpieza de la arena y la instalación de áreas verdes, aunque lo segundo se encuentra fuera de ese 2 % faltante, ya que es un proyecto aparte. En máximo tres meses -asegura- podría terminarse al 100 % la nueva ciudad.
“Hemos estado detenidos algo más de dos años, primero porque uno de los miembros del consorcio era Obrainsa, que es parte del Club de la Construcción. A la empresa le detuvieron sus cuentas, no tuvo con qué pagar y se paró todo. Luego vino la pandemia y llegó un momento en que el Ministerio de Vivienda cerró todo”, precisa.
Añade que otro problema fue el relacionado a la independización de los macrolotes y su inscripción en la Superintendencia Nacional de Registros Públicos – SUNARP, ya que se debía firmar un convenio tripartito entre el gobierno central, el gobierno regional y el gobierno local, pero la situación política en la comuna de Olmos (inhabilitación de su alcalde por mandato de prisión preventiva) impidió que esto se concrete.
Sin embargo, señala que ya se ha logrado firmar un convenio entre el gobierno regional y la municipalidad de Olmos, el cual ha sido remitido a Lima para que sea firmado por la ministra de Vivienda, Solangel Fernández Huanqui, a fin de ajustar los términos con el nuevo contratista y concluir con el saldo de obra.
“Eso nos permite a nosotros como PEOT y como gobierno regional empezar con más fuerza la gestión para la independización de los macrolotes, lo cual significa hacer planos, memorias, y que la municipalidad de Olmos también actualice su unidad de ordenamiento territorial y su Texto Único de Procedimientos Administrativos – TUPA, para que esto camine más rápido”, indica.
Menciona que el objetivo es lograr la venta de macrolotes y no la subasta, pues se quiere dejar un porcentaje, que podría ser del 30 %, para la edificación de viviendas sociales.
“Con eso apoyaríamos tremendamente a nuestros trabajadores, a todos los que tienen que llegar por tema de servicios. Esta ciudad no es para ayudar a los ricos, es para darle mejores condiciones a nuestros trabajadores que ponen la mano de obra. Vamos a dar oportunidades para desarrollar nuevos puestos de trabajo, nuevos negocios”, resalta.
Recaudación
Vásquez Bernal explica que, una vez terminada la ejecución del saldo de obra, el Ministerio de Vivienda tiene que transferir la obra al gobierno regional, mientras se trabaja en paralelo con el municipio de Olmos, que debe hacer la gestión para la inscripción de los predios en SUNARP.
“De repente no se recupera toda la inversión que se ha hecho porque no se logra vender todo, pero gran parte sí. Quedan áreas para universidades, hospitales, para servicios comunes. Esas áreas hay que transferirlas luego a los respectivos sectores como Salud y Educación”, indica.
Comenta que en paralelo se viene gestionando un convenio para crear una institución que administre los fondos por la venta de los macrolotes, tal como se acordó con el Ministerio de Vivienda.
Explica que esta figura sería una especie de fideicomiso, cuyo fiduciario destinaría una parte para el mantenimiento de la ciudad en lo que esta se va poblando, mientras que la otra parte se dividiría en dos: la mitad para Olmos, a fin de financiar proyectos de saneamiento en los centros poblados y caseríos, y la otra mitad para el gobierno regional.
“Este fue un planteamiento del Ministerio de Vivienda. En un inicio querían retornar el dinero al gobierno central, pero nosotros sustentamos que esa plata era necesaria en Lambayeque. Seremos el primer departamento en tener esa cantidad de recursos. La inversión a la fecha para la construcción de esta ciudad ya es cercana a los 600 millones de soles”, menciona.
Beneficios
Explica que para el desarrollo de las dos primeras fases de la nueva ciudad se requiere tecnificar el riego de 75 mil hectáreas aproximadamente para la agroexportación. Si se considera que como mínimo se necesita a una persona por hectárea, habrá 75 mil puestos de trabajo.
“El actual distrito de Olmos nunca iba a alcanzar para albergar a toda esa gente allí, además del tema industrial, porque para hacer de la agroindustria un negocio hay que darle primero un tratamiento a los productos que se van a exportar. Lo ideal sería exportar en forma de derivados como las conservas, pero para eso es necesario la participación de los privados. Con la nueva ciudad gana el país porque también se recaudarán más impuestos para el desarrollo de todos”, indica.
Anota que en la primera etapa del proyecto de irrigación de Olmos (38 mil hectáreas) hay 23 mil 500 trabajadores en planilla, además de los puestos de trabajo indirectos, pero para la nueva ciudad se han separado casi cuatro mil 300 hectáreas para que sean pobladas, de las cuales 734 se habilitarán en esta primera etapa. Se prevé que la población inicial sea de 27 mil a 30 mil habitantes.
“Imagínese la cantidad de mano obra que se necesita para unas 27 mil casas. Esta primera ciudad planificada en el país generará muchos puestos de trabajo (…) Todo es factible en la nueva ciudad. Ya estamos en un 98.2 % de avance, tenemos las calles principales que rodean a los macrolotes, cada uno es una urbanización. Ya están los semáforos puestos y la energía la tenemos a medio kilómetro, pues contamos con el transformador más grande del norte del país. Tenemos todo a la mano, pero dos años de retraso”, manifiesta.
Sistema Tinajones
Por otro lado, Vásquez Bernal señala que se está trabajando en la limpieza de drenes (1200 y 4000) en aras de mantener en óptimas condiciones la infraestructura del valle Tinajones. Explica que el PEOT está a cargo de los drenes de primer y segundo orden, mientras que el mantenimiento de los de tercer orden está a cargo de las juntas de usuarios.
“Es nuestra obligación darles mantenimiento a los drenes, pues para eso pagan los usuarios agrícolas, para que estén en perfectas condiciones. En eso no podemos fallar”, apunta.
Además, refiere que se han construidos dos viveros forestales, uno en Sexi y otro en Udima (Santa Cruz). Estos servirán para reforestar de 10 mil a 12 mil hectáreas del valle Chancay en una primera etapa, aunque a largo plazo se espera alcanzar entre 300 mil a 400 mil. La misma labor se realizará en el valle Huancabamba, que es la zona de captación de agua para el sistema de irrigación de Olmos.
Indica que el presupuesto modificado este año del PEOT alcanza los 198 millones de soles, de los cuales se ha avanzado con la ejecución del 53 %. Indica que gran parte de los recursos se destinan al pago de compromisos por las obras del trasvase, el mismo que se realiza en dólares.
Además, comenta que en mayo, después de 22 años, se realizó la inspección del túnel de descarga de 370 metros del Reservorio Tinajones.
Trasvase Huallabamba
Sobre el mejoramiento de la infraestructura del canal de trasvase Huallabamba, precisa que hubo un malentendido con la población, ya que no se difundieron los beneficios del proyecto y la gente pensó que se les dejaría sin agua para sus cultivos.
“Los que más ganan con esta obra no son los de la parte alta, sino los de la parte baja (Chillama-Motupe), porque arriba tienen el agua, tendrá compuertas, ellos mismos formarán sus asociaciones, la Autoridad Nacional de Agua ya les ha dado licencia, pero el problema es para llevar el agua a Motupe, pues hay que trasvasar desde la cuenca del Atlántico hasta el Pacífico. Allí es donde está este canal que tiene tramos de altísimo riesgo, que cada vez que llueve se derrumba. Para que no suceda eso estamos planteando un túnel que corte todas las zonas de derrumbe y así asegurar el trasvase del agua”, apunta.
Presa Limón
En tanto, refiere que la prioridad en Lambayeque debe ser la obra del recrecimiento de la presa Limón, la cual busca su elevación de 43 metros a 85 para incrementar la capacidad de almacenamiento de agua y asegurar el riego de los cultivos.
“La altura que ahora tiene la presa ni siquiera es la del volumen muerto de la presa final que se ha diseñado a los 85 metros. Como Transportes dio permiso de que se haga la Interoceánica, ahora hay dos carreteras más a Huarmaca que movieron todas las faldas del cerro y con las primeras lluvias se colmató el embalse actual. En un año o dos eso se convertirá en bocatoma porque ya no habrá espacio para almacenar el agua”, indica.
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