El abogado y escritor Luis Fernando Cañola Camacho presentará este viernes su séptimo poemario, al que ha titulado Poemas rescatados, pues se trata de una compilación de escritos que había dejado fuera de sus anteriores libros por encontrarse dispersos. Prolífico desde su primera entrega, en 1971, el autor aborda en su reciente obra aspectos sociales, íntimos y cotidianos.
“Escribo solo por impulso, por un mandato que insurge desde muy dentro de mí, en ese espacio que ingreso a tientas, en el que solo sé las palabras del primer verso; así ha sido siempre. Empezó en las horas del descanso nocturno, cuando mis años aún caminaban en la adolescencia, en que me asaltaba una frase, despertándome, que en mi ingenuidad me parecía construida de manera inusual a mi hablar cotidiano, que en seguida dejaba que se diluyera al retomar el sueño en la creencia que la recordaría al despertar; pero lo que suponía, después era que simplemente se desvanecía de mi memoria, convenciéndome en que en lo sucesivo debía dejar cerca de mi almohada un papel en blanco y un lapicero, eso sí de tinta azul, donde pudiera anotar el pensamiento que se me obsequiaba”, relata Cañola Camacho al recordar cómo empezó su producción poética.
El autor nació en Chiclayo, 1947, estudió la primaria entre Piura y esta ciudad, y la secundaria en el Colegio Nacional de San José, de donde egresó como parte de la promoción 1965, que este año celebra sus Bodas de Esmeralda (60 años). Siguió la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, donde se graduó en 1975.
En 1971 publicó el poemario En varios puntos zambullido, luego Testimonios, cadencia y cierta agonía (1980), Iras y esperanza (1992), Neblina ígnea (2014), Soliviantando deseos y oros motivos (2020) y Auroras crepitantes + Antología personal (2023). Sobre ese último poemario, Luis Fernando Cañola revela que asumió que sería con el que cesaría “su ciclo vital de escribir”. Sin embargo, con el pasó de los meses encontró los poemas dispersos que hoy dan forma a Poemas rescatados.
“Jamás ha sido parte de mi preocupación al escribir seguir modas, y siempre prevaleció en mí el ejercer conscientemente mi libertad expresiva sin acudir a molduras, tratando que mi mirada sea la más auténtica y genuina, y empleando un lenguaje que resulte comprensivo para el gran sector de potenciales lectores; espero haberme acercado a tales propósitos”, explica.
Poemas rescatados está conformado por 73 poemas alineados en las esferas sociales, cotidianas e íntimas, espacios característicos de su poética global y se ordenan en dos bloques textuales: Repertorio, de 42 poemas, y Repertorio II, de 31 poemas, detalla en su análisis Milton Manayay Tafur.
“Situado en la esfera social, el hablante poético sensibiliza abiertamente las rupturas, vacíos y deseos colectivos no satisfechos, situaciones casi naturalizadas que desdicen los ideales de vida y tornan en experiencia inadmisible la dura cotidianidad de los marginados, la condición de los vulnerados y olvidados, las disoluciones del sentido democrático y comunitario, los deslices del espíritu político, la instrumentalización de la mujer, las desavenencias en los vínculos ciudadanos con la naturaleza, la necesidad de recuperar la presencia y energia plena de la palabra como fuerza social. El debe ser social es captado en sus resquicios y, a partir de esta percepción, se da pie a una toma de conciencia poéticamente verbalizada que dice-desdice los modos de ser de una sociedad extraviada”, menciona.
En tanto, como parte de sus reflexiones sobre la obra, el escritor y crítico literario Gilbert Delgado Fernández, afirma que “el propósito del autor, tal como se lee en este peritexto tomado de Roberto Armijo (El Salvador), es mostrar que su escritura no busca el reconocimiento superficial ni la vanagloria personal ("No escribo para que mi nombre luzca como flor en la solapa"), sino que nace de una profunda necesidad interior y de una entrega emocional y ética ("Yo escribo con mi corazón que alzo como un fanal"). Esta declaración revela una tensión explicita entre la superficialidad de la vanidad literaria (representada por la "flor en la solapa", símbolo de adorno y apariencia) y la racionalidad y existencia (representada por el "fanal" y su opuesto, las "tinieblas")”.
Dicen que es más difícil hacer reír que llorar. Eso lo sabe bien Juan Junior Rabanal Larrea, conocido popularmente como ‘Rabanito Kids’ en el arte circense, quien revela que se inició como payaso gracias a su hijo, quien cuando era un bebé les tenía miedo a los hombres de nariz roja.
“Yo me inicié en esto por culpa de mi hijo, porque cuando le celebré sus dos años él le tenía miedo al payaso que contraté. Yo decía cómo se le quita el miedo y dije bueno, pintándome yo. Entonces me comencé a pintar primero con témperas, porque no sabía cómo era el trabajo con la pintura blanca. Poco a poco ya fui aprendiendo. Y así empecé. Primero era ‘R abanito Show’, después me puse ‘Rabanito Kids’ y aquí estoy”, cuenta.
Señala que hoy su hijo no solo les ha pedido el miedo a los payasos, sino que incluso trabaja con él. Lo acompaña, le pone la música y se pone también el disfraz de un muñeco.
Finalista internacional
Rabanal Larrea cuenta que a sus shows les agrega la música, pues toca diversos instrumentos, entre estos la trompeta, armónica, el cajón, la tarola y todo tipo de percusión. Eso le ha llevado a ser reconocido en diferentes concursos.
“Lo que me hace diferente es que soy creativo. Me gusta crear, toco instrumentos, en mis shows incluyo la trompeta, la armónica. Dentro de mis shows hago juegos, dinámicas, veo lo que hacen otros amigos payasos, indago, aprendo”, menciona.
Señala que uno de sus anhelos era participar del Campeonato Internacional de Payasos, que tiene lugar desde hace ocho años en Lima, pero este año no alcanzó cupo. Sin embargo, un amigo suyo lo invitó a un campeonato de payasos en Chimbote, el cual otorgaba al primer lugar un premio en efectivo y el pase directo para el campeonato internacional de Lima.
“Gracias a un amigo, el payaso Botoncito, me preparé bien para ir al concurso en Chimbote. Su hijo, el payasito Botín, me hizo la música, y tuve el apoyo también de otro amigo, el payaso Tizita, que hace unos días lamentablemente falleció. Así fui, participé y gané en Chimbote, con lo cual clasifiqué al campeonato internacional de Lima”, relata.
Indica que casi nadie confiaba en sus capacidades, solo sus tres amigos payasos, pero aún así fue al concurso internacional en Lima y dio la sorpresa al clasificar a la gran final, en una competición a la que acudieron payasos de distintos países como México, Chile, Bolivia, etc.
Eventos
Rabanito señala que anima todo tipo de momentos especiales: fiestas infantiles, baby showers, bautizos, revelación de género, corte de pelo, quinceañeros, cumpleaños, homenajes por el Día de la Madre, Día del Padre, etcétera.
Además, expresa que todos los años realiza un show totalmente gratuito en agradecimiento por un aniversario más en su vida artística como payaso. Este año lo realizó en el parque del pueblo joven Zamora, donde sorteó muchos premios como audífonos, parlantes, y compartió dulces con todos los niños que se acercaron a disfrutar de un momento de diversión.
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El último viernes, en el balneario de Pimentel, se instaló la primera estatua en el mundo del papa León XIV. Se trata de una estructura de 2.60 metros de alto, elaborada en fibra de vidrio. Su hacedor es el artista monsefuano Jaime Cachay Arana, quien tardó aproximadamente dos meses y medio en realizarla, pero lleva toda una vida dedicada a la escultura.
“En otras ciudades me habían llamado para hacer también una estatua del papa, pero no se había logrado concretar. Gracias a la recomendación de unos amigos a quienes les había hecho unos trabajos de Navidad, se contactaron conmigo de Pimentel y me preguntaron si podía hacer la estatua del papa. Así comenzamos el diálogo. Nos sentamos a conversar los detalles y empezamos el trabajo en base a fotografías”, cuenta el artista.
Esta escultura tiene cuatro capas de fibra para hacerla resistente a la intemperie, pero además un acabado de barniz para protegerla de los rayos de sol. Se ha instalado en el segundo malecón y hoy es visitada por cientos de personas.
Herencia familiar
Jaime Cachay cuenta que el arte de la escultura lo aprendió de su padre, Jaime Ángel Cachay Gonzales, quien le inculcó el oficio de escultor a él y a sus dos hermanos mayores. Relata que, ni bien terminó la secundaria, empezó a trabajar con su papá en el taller. Hoy, sus obras han llegado a diferentes partes del mundo.
“Me dedico a esto desde el año 1982, ni bien acabé el colegio. Mi padre hacía que aprovecháramos las vacaciones y nos llevaba al taller. Fui el más joven en integrar la entonces Asociación de Artistas y Pintores e incluso fui invitado al Concurso Salón de Primavera, que se realizaba siempre en Trujillo”, evoca.
“Hoy tengo mi propio taller en Monsefú, donde hago trabajos de todo tipo. Mis obras han recorrido casi todo el Perú, en la costa, sierra y selva, pero también han llegado a otros países como Ecuador, Brasil e incluso Italia”, sostiene.
Una de las esculturas que ha realizado se encuentra precisamente al ingreso de su pueblo, en Monsefú. Se trata de las estatuas de los dos danzantes de marinera y el músico de piano, que están en el óvalo, a los cuales recientemente otros artistas les dieron mantenimiento.
Otras esculturas suyas que se encuentran en Monsefú son la del pavo real, todas las que están en la avenida Venezuela y la de la chola sentada sobre un petate tejiendo su telar, que está en el parque principal del distrito.
“Tenga una réplica de metro veinte del Señor Cautivo de Monsefú que ha llegado hasta Italia, una Virgen de Loreto que fue llevada a Brasil y una imagen de San José Patriarca junto a un retablo que fueron a Ecuador”, indica.
El artista cuenta que su hijo mayor también ha aprendido la técnica de la escultura y ya ha realizado imágenes que han sido reconocidas. Él continuará su legado.
Bendición papal
Jaime Cachay señala que se siente honrado y bendecido de que dios haya usado sus manos como instrumento para realizar esta obra. Su anhelo -revela- es que el papa León XIV pueda ver in situ su escultura.
“Dios nos utiliza de esa manera. He tratado de plasmar de forma exquisita, con pinzas y detalles este trabajo, para poder retratar al papa León XIV, a quien lo tenemos en nuestros corazones. Me gustaría poder tomarme una foto con él junto a esta escultura. Para mí sería una gran bendición”, menciona.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática - INEI, el PBI de Lambayeque, entre abril y junio, estuvo sustentado principalmente por los sectores construcción (+48.7 %); electricidad, gas y agua (+16.6 %); agropecuario (+7.3 %); administración pública y defensa (+5.5 %).
Otros sectores que registraron cifras positivas fueron comercio (+3.3 %); y transporte, almacenamiento, correo y mensajería (+2.9 %). En contraste, descendió el sector telecomunicaciones y otros servicios de información (-1 %).
“Si bien Lambayeque registró un crecimiento, es fundamental que este se traduzca en mayores oportunidades de desarrollo para su población. Sectores como construcción, agropecuario y comercio deben seguir fortaleciendo su dinamismo, mientras que otros rubros requieren de políticas que impulsen su competitividad”, advirtió ComexPerú.
Con el resultado del segundo trimestre, el PBI de Lambayeque registró una expansión de 3.7 % en el primer semestre del 2025.
Contexto nacional
A nivel del país, entre abril y junio, la economía peruana se incrementó en 2.8 %, impulsada principalmente por el comercio, reflejado en el dinamismo de las ventas al por mayor y menor; la construcción, por la ejecución de obras públicas y privadas, así como la autoconstrucción; y la manufactura, gracias al avance de las industrias alimenticia, textil y de cuero, madera y muebles, y productos metálicos.
Asimismo, influyó el mayor dinamismo del transporte terrestre, aéreo y acuático; y del sector agropecuario, favorecido por las condiciones climáticas que impulsaron cultivos en etapa de floración y la mayor producción de ave y leche fresca. También la minería registró un mayor dinamismo, por la extracción de cobre, oro, zinc, plata, plomo y estaño.
Otras regiones
En el segundo trimestre de 2025, 16 departamentos crecieron con respecto al mismo periodo del año previo, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Sin embargo, solo Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Junín, Lambayeque, Lima, Loreto, Madre de Dios, Piura y San Martín acumulan al menos cuatro trimestres consecutivos de crecimiento. Por otro lado, en el último año móvil, Cusco, Moquegua y Tumbes se contrajeron al menos dos trimestres consecutivos.
Apurímac (+27.3 %) lideró el crecimiento gracias a la minería (+53.8 %), por la mayor producción de oro y cobre, así como por su sector construcción, gracias al avance en obras de sus Gobiernos subnacionales en riego, previsión y deporte. Le siguió Tacna (+13.8 %), debido al desempeño agropecuario (+220 %), especialmente por la recuperación de las aceitunas, junto con la construcción, por la mayor inversión de los Gobiernos subnacionales en riego y transporte. En tercer lugar, estuvo Junín (+11.8 %), con una mayor producción minera (+42.4 %) que demandó mayor generación eléctrica, junto con mayor inversión del Gobierno regional en transporte y educación.
Es importante resaltar que la inversión pública evidenció una influencia considerable en cinco regiones durante la primera mitad del año. En Lambayeque, la mayoría del crecimiento regional se explicó por el sector construcción, debido principalmente a los trabajos de protección contra inundaciones en los ríos Olmos, Motupe y Zaña, por parte del Gobierno nacional. Similarmente, el sector construcción en Ica impulsó el crecimiento durante enero-marzo y mitigó la contracción durante abril-junio, gracias a los trabajos de protección en la quebrada Cansas-Chanchajalla, por parte del Gobierno regional. En Arequipa, la construcción explicó la mayoría del crecimiento del segundo trimestre por la inversión del Gobierno regional en el mejoramiento de la infraestructura vial en las provincias de Caylloma, Arequipa y Camaná.
En una emotiva misa de acción de gracias celebrada por los 156 años de fundación y 21 años de gestión empresarial de Azucarera Pomalca, el obispo de Chiclayo, monseñor Edinson Farfán Córdova, destacó que el secreto del éxito de la empresa ha sido “la fe, la perseverancia y la unidad de su gente”. Durante la ceremonia religiosa, realizada en las instalaciones de la empresa, el prelado comparó la trayectoria de Pomalca con la vida de Abraham, al resaltar que “ha sido ejemplo de fe inquebrantable puesta a prueba en tiempos difíciles, como la crisis económica, la pandemia y los desafíos del mercado”.
Monseñor Farfán subrayó que el camino de Pomalca ha estado guiado por la esperanza y el esfuerzo colectivo. “Hoy esta empresa se ha convertido en una comunidad empresarial que aprendió a caminar sostenida por la esperanza y la unidad. Damos gracias por la vida y por el trabajo de tantos hombres y mujeres que han hecho posible que esta compañía siga de pie, transformándose en una gran familia laboral donde se comparten los sueños, las fragilidades y las esperanzas”, expresó.
Una comunidad con alma social
El obispo de Chiclayo señaló que Azucarera Pomalca no solo es una estructura económica, sino una comunidad humana con alma social. “Pomalca se ha convertido en un símbolo de justicia laboral y de compromiso con los más necesitados. Ha reafirmado su fe en Dios y su responsabilidad con la sociedad, asumiendo que ayudar al pobre es una opción cristológica y un testimonio vivo del Evangelio”, afirmó durante su homilía.
Asimismo, destacó la responsabilidad social de la empresa, reflejada en proyectos orientados a la educación, la inclusión y el bienestar de sus trabajadores y de la comunidad. “Azucarera Pomalca ha mostrado un compromiso constante con el desarrollo humano, educativo y cultural de la región Lambayeque, y su espíritu solidario se mantiene vivo gracias al esfuerzo de sus directivos y colaboradores”, indicó el prelado, quien también hizo un llamado a “seguir construyendo esperanza y bienestar para todos”.
Reconocimiento a la solidaridad y compromiso
En su mensaje, monseñor Farfán expresó su gratitud a la empresa por su espíritu de generosidad y compromiso con el progreso de la región. “Azucarera Pomalca no es solo una organización productiva, es una comunidad de fe y trabajo. Su historia refleja la constancia de quienes, con humildad y esfuerzo, han sabido mantener viva la llama del desarrollo social y humano”, enfatizó.
El obispo también reconoció el rol de la empresa como generadora de empleo y promotora de justicia social, valores que —dijo— deben seguir guiando su gestión. “Este espíritu solidario, que ha acompañado a la compañía a lo largo de los años, debe mantenerse y fortalecerse, porque una empresa con valores humanos tiene la fuerza de permanecer y crecer”, agregó.
Signos de gratitud y comunión
Durante la misa de acción de gracias, los representantes de Azucarera Pomalca ofrecieron un copón como símbolo de comunión y gratitud a la Catedral de Chiclayo. Al finalizar la ceremonia, el director ejecutivo de la empresa, Edwin Oviedo, entregó al obispo un pectoral de plata, como muestra de reconocimiento y aprecio por su acompañamiento espiritual y su mensaje de aliento.
El gesto fue recibido con emoción por los asistentes, entre quienes se encontraban directivos, funcionarios y trabajadores de la empresa. La jornada estuvo marcada por un ambiente de unidad y agradecimiento, reflejando el espíritu que caracteriza a la familia pomalqueña.
Procesión del Señor de los Milagros
Como parte de las celebraciones, la imagen del Señor de los Milagros fue recibida con devoción en la “Casa Huerta” de Pomalca. Directivos, gerentes y trabajadores participaron activamente cargando el anda en su primer recorrido procesional, acompañados por la imagen de Nuestra Señora de la Nube. La jornada religiosa estuvo llena de fe, música y fervor popular, reafirmando la identidad católica de la empresa y su compromiso con las tradiciones de la región.
La procesión, que congregó a numerosos fieles, simbolizó la unión entre trabajo, espiritualidad y comunidad. “La fe nos ha sostenido en los momentos más duros y seguirá guiándonos en los años venideros”, señaló uno de los trabajadores durante la ceremonia.
Fe, trabajo y compromiso con la comunidad
Azucarera Pomalca celebra este nuevo aniversario reafirmando su compromiso con Dios, sus trabajadores y la sociedad lambayecana. A lo largo de más de un siglo y medio, la empresa ha sido pilar del desarrollo agroindustrial del norte del país, y en las últimas dos décadas ha consolidado una gestión empresarial que combina productividad con responsabilidad social.
Las palabras del obispo resumen el sentido de esta celebración: “Pomalca es símbolo de fe, esperanza y unidad. Su historia demuestra que la perseverancia, la fe y el trabajo compartido pueden transformar la adversidad en fortaleza. Sigamos construyendo juntos una empresa con alma y un futuro con justicia y esperanza”.
En un contexto nacional donde las empresas buscan modelos sostenibles, Azucarera Pomalca reafirma su liderazgo como ejemplo de compromiso social y humano, y su convicción de que el desarrollo solo tiene sentido cuando incluye a todos.