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CARLOS MENDOZA CANTO: “LAS AUTORIDADES OMITEN SU RESPONSABILIDAD CON LA CULTURA”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1347

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En el conversatorio virtual ‘Diálogos por Chiclayo: Gestión cultural e identidad’, organizado por Expresión por el aniversario de la provincia, el gestor Carlos Mendoza Canto señaló que existe desconocimiento de las autoridades locales sobre sus funciones y obligaciones respecto al aspecto cultural, lo que impide un mayor avance hacia su reconocimiento como un derecho colectivo.

Mendoza Canto, actual director del Instituto de Cultura de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – ICUSAT, indicó que actualmente se denomina como gestión cultural a la participación de los actores que intervienen en un proceso de creación. Antiguamente había otras denominaciones más variadas y específicas, como la de promotor cultural, gestor social o mediador cultural.

“Una gestión cultural para ser tal, para ser suficiente, necesita de una visión resultado del análisis para poder proponer ideas de cambio, accesos y objetivos concretos, en tanto la creación cultural persigue un fin exclusivamente artístico. Chiclayo tiene, en el último tiempo, una importante cantidad de actores de la gestión cultural. Estoy gratamente sorprendido por la gran cantidad de jóvenes y no tan jóvenes precursores del quehacer cultural, como también iniciativas de municipalidades, museos y diversas instancias que realizan actividad. Sin embargo, si hubiera una política cultural se daría espacio para resolver una gran problemática, que es la ausencia de infraestructura”, mencionó el también director del Centro Cultural Ochocalo.

Falta de espacios

Carlos Mendoza afirmó que el espacio cultural es tan necesario como las escuelas o los hospitales si lo que se quiere es promover derechos culturales, porque se convierte en el escenario de diálogo, de convocatoria y encuentro.

“Nuestra comunidad carece de reflexión crítica y el arte, más allá de la belleza, propicia y propugna, esa capacidad crítica y con ello aparece la posibilidad de cambio social. Hace por lo menos 60 años se crearon las infraestructuras culturales que hoy existen. Por ejemplo, está el Instituto Cultural Peruano Norteamericano – ICPNA, que sigue vigente. Esta institución es un espacio para la promoción del idioma inglés, pero al mismo tiempo de encuentro y diálogo entre la cultura de Estados Unidos de Norteamérica y el Perú. Ese es un ejemplo de política cultural. Lo mismo sucede con la Alianza Francesa y en su tiempo lo fue la Sociedad Amantes de las Artes”, detalló.

Explicó que en otros países se mide la existencia de espacios culturales en función de la cantidad de habitantes. En Chile, por ejemplo, se estableció que cada 50 mil habitantes debía haber un centro cultural y en esa tarea empezaron a trabajar. “Aquí tenemos centros culturales creados hace más de 60 años y no se hizo más, y todos impulsados desde la sociedad civil organizada, pero no desde el Estado. Desde el lado del arte y la creación, hay mucha producción. Sin embargo, no tenemos espacios para difundirlos”, afirmó.

Cultura como derecho

Carlos Mendoza expuso que los derechos culturales están asociados a los derechos sociales y económicos, porque la cultura y las artes son factores de desarrollo.

“¿Qué tanto las autoridades conocen de la gestión cultural o de sus competencias en defensa del patrimonio o la promoción de las artes? No conocen. La Ley Orgánica de Municipalidades es clara al señalar qué obligaciones y competencias tiene la autoridad, pero no se cumplen. No conocer la naturaleza de la gestión, las reglas, leyes y normas, puede llevarlos a omitir la función. Cuando se habla de derechos humanos se asocia a los económicos, sociales y culturales. Sin embargo, cultura no tiene el mismo tratamiento. Ha faltado acento a cómo la cultura tiene un potencial para la afirmación de identidad, lo transformador y la generación de desarrollo”, manifestó.

Dijo también que desde el Estado se delega de manera tácita a los gestores culturales la responsabilidad, cuando a quienes les corresponde es a los que manejan las políticas nacionales, regionales y municipales. “Deben pensar en nosotros como aliados. Hace falta que convoquen a personas que tengan conocimiento de la gestión cultural. Se han creado algunos patronatos, lo cual es muy interesante, pero es el trabajo de la sociedad civil. ¿Dónde está el trabajo del gobierno local?”, enfatizó.

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MELVIN ALMONACID RAMÍREZ: “LA POBLACIÓN DESEA ACCEDER A LA CULTURA”

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1347

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Distinguido como Personalidad Meritoria de la Cultura por el Ministerio de Cultura en el 2023, Melvin Almonacid Ramírez, compartió sus reflexiones sobre la gestión cultural en Chiclayo, a propósito del 189° aniversario de creación política de la provincia.

Durante su participación en el conversatorio virtual ‘Diálogos por Chiclayo: Gestión cultural e identidad’, Almonacid Ramírez indicó que existen muchos puntos de vista sobre el tema: la que corresponde a los gestores, la que tienen las autoridades y la que se ha formado la población.

“Los artistas e involucrados en el quehacer cultural siempre están pensando en hacer más, pese a sus grandes limitaciones, y siempre tienen la convicción de que algo falta, lo cual no escapa a la realidad porque en la tarea cultural falta todo, desde espacios hasta recursos. Esa apreciación es contraria a la que tienen las autoridades, pues muchas veces éstas consideran que hay suficiente e incluso más de lo que se necesita y, por lo tanto, no hacen ningún esfuerzo en orientar su mirada al sector. Por otro lado, está la sensación de la población, que percibe que no hay mucha cultura”, detalló.

INTEGRAR Y CONSTRUIR

El también director musical de la Peña Lambayecana, mencionó que se debe hacer el esfuerzo por integrar las distintas miradas que se tienen sobre la cultura en la provincia, a fin de llegar a puntos de encuentro y formular una política que involucre a todos los actores políticos y sociales.

“Lo que se tiene que procurar es unir la manera en la que se percibe la cultura en la ciudad. Cuando hay una actividad cultural, quienes van son los mismos cultores, pero la gran población, la masa ciudadana no. Si hubiera un planeamiento desde las autoridades estas serían promotoras y facilitadoras para que los gestores podamos hacer nuestro trabajo”, dijo.

Añadió que los gestores culturales tienen la voluntad de hacer, la gente tiene la necesidad de que se haga, pero las autoridades carecen de la decisión.

“Las autoridades no están muy conscientes que la cultura es importante y la población tampoco sabe que la cultura es un derecho. Si le falta una pista o una vereda, el vecino sale y reclama, y está bien, porque reconoce que es su derecho acceder a ello, pero también debería suceder lo mismo ante la ausencia del componente cultural impulsado desde los gobiernos locales. Los gestores tenemos una doble función: llevar cultura a la población y enseñarles a las autoridades la importancia de la cultura”, reflexionó.

Melvin Almonacid comentó que en otras ciudades como Trujillo, Arequipa, Cusco y Ayacucho se percibe que la población tiene una noción clara de la cultura y en base a ello reclama cada vez que siente que hace falta o se atenta contra ella. En el plano local, eso no pasa.

“En Chiclayo la población es muy ajena a la cultura y eso pasa por un componente que no se debe dejar de lado que es la educación”, manifestó.

IDENTIDAD LOCAL

Sobre la identidad, refirió que en Chiclayo no se puede hablar de una identidad única, debido al conjunto de elementos que han ayudado a construir una identidad que es cambiante e influenciada por quienes viven en la ciudad.

“En Chiclayo, como en muchas ciudades del Perú, hay mucha población migrante y eso genera cambios culturales, que se reflejan en la forma de hablar, de vivir, la música, la gastronomía y otros aspectos. Los temas culturales y la identidad son dinámicos, uno es de un lugar y de otro al mismo tiempo. Uno es de donde está y se acultura. Todas las influencias externas han dejado algo en nuestra cultura por eso pienso que debemos trabajar la promoción de la identidad a partir del reconocimiento de la diversidad cultural, para que no se convierta en algo sólido. Cuando hablamos con los arqueólogos de Lambayeque nos explican que se encuentran restos de otras culturas y así ha sido siempre. Lo importante en la construcción de la identidad es la participación y la aceptación de los miembros de la comunidad”, acotó.

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MIRADA MOCHICA EN EUROPA: ÑAÑAKE Y EL MURAL CANTO A LA PAZ EN LA FERIA INTERNACIONAL ARTERIA XXI - ESPAÑA

Escribe: Semanario Expresión
Edición N° 1347

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El artista plástico Juan Carlos Ñañake Torres participa en la XXI edición de la Feria de Arte Contemporáneo Multidisciplinaria “Arteria XXI”, dirigida por el gestor cultural Gorgonio Sanjuan y organizada por el Ayuntamiento de Monzón, en España.

Esta reconocida feria de arte se realiza desde el 15 al 22 de abril, y contará con la participación de 25 artistas de igual número de países.  Como es habitual habrá exposiciones, talleres, visitas, arte en directo, murales, un novedoso simposio, certamen y exposición artística infantil, 16 estands, 15 colectivos locales y artistas de todo el mundo con proyectos temáticos interesantes. Este año los países invitados son Perú y Rumanía.

Participan representantes de Argentina, Armenia, Bolivia, Bulgaria, Corea, Cuba, Ecuador, EEUU New York, EEUU, California, EEUU Florida, España, Etiopia, Finlandia, Francia, Francia/ Venezuela, India, Italia, México, Paquistán, Perú, Rumania, Rusia, Turquía, Ucrania, Venezuela.

Ponencia

El artista plástico peruano Juan Carlos Ñañake Torres, invitado especial del Ayuntamiento de Monzón, ofrecerá una ponencia sobre la técnica de mural en cemento “CONCREART”. Asimismo, expondrá sus pinturas al óleo en la XXI Feria y ejecutará un mural con temática “Canto a la Paz”, el cual quedará plasmado en los muros del pueblo de Monzón, en el viejo continente. Este mural tiene que ver con la unidad entre las diferentes razas y personas del mundo, habla del buen vivir, de la unión familiar, el cuidado del medio ambiente, la libertad y el respeto por los derechos del ser humano.

Ñañake Torres ha trabajado con varios niños del Colegio Andrés Avelino Cáceres, del distrito de la Victoria, y llevará a exponer trabajos de niños con habilidades diferentes de la asociación El Buen Pastor de Lambayeque, trabajados con la profesora Kateryn Bermeo, bajo la supervisión de la presidenta de la asociación, Martha Vílchez Mendoza. Todos los trabajos participarán en la Exposición Internacional “El mundo es mi hogar”, cuya temática está relacionada con el entorno de los niños (su casa, la naturaleza, el cuidado del medio ambiente, sus amigos, etc.) y el objetivo es crear lazos de comunicación entre países.

“Me alegra seguir contribuyendo con el arte y la cultura de los distritos de nuestra región y de esta manera, con la labor de formación y promoción de artistas jóvenes”, expresó Juan Carlos Ñañake, quien dentro de su itinerario de viaje a Europa ha considerado su segunda exposición individual, al conmemorar sus 30 años de artista plástico, ya que es egresado de la Escuela de Bellas Artes Ignacio Merino de Piura, con el primer puesto de su promoción en el año 1994.

Entre otras actividades, la XXI Edición de “Arteria” trae como novedad el Simposio Internacional “Ciudad de Monzón”, en donde “25 artistas de cuatro continentes convivirán durante una semana realizando un workshop de pintura en común. Diversas tendencias, estilos y formas de entender el arte confluyendo en un espacio y en un tiempo común. Los artistas aportarán sus trabajos, vivencias y experiencias y recibirán algo de nuestra cultura a través de diversas actividades que se programan durante la semana del 15 al 22 de abril”, manifestó Gorgonio Sanjuan, coordinador general del evento.

Exposición individual en Roma

En la “Ciudad Eterna” se presentarán 30 obras, óleo sobre lienzo, en la exposición individual de Juan Carlos Kañake, evento que es auspiciado por la Federación de la Comunidad Peruana en el Exterior, la Embajada del Perú en Italia y el Consulado Peruano en Roma.

La muestra, denominada “Mujer, alma y encanto”, se inaugurará el 26 de abril en la galería La Pigna, galería que pertenece al vicariato en la ciudad de Roma.

“Como artista estoy siempre comprometido a ser testigo y vocero de nuestro tiempo, a través de mi obra quiero dar a conocer, el sentir humano en sus diversos momentos, tocar el tema social. Las obras presentadas en “Mujer, alma y encanto”, son evidencias, tienen que ver con el ser, la existencia, la mujer, la familia, el amor, la violencia, la alegría, la unión y separación de los miembros de las familias, como en el tiempo del terrorismo, o, durante la pandemia.

La pandemia nos ha unido por el temor de una enfermedad global, por el duelo, el padecimiento humano, las angustias vividas, la desesperación por aferrarse a la vida y ser conscientes que somos parte de la muerte.  En este contexto, presento obras originales, cargadas de fuerza, historia, amor; llenas de expresiones, donde la mujer es el tema principal y es ejemplo de dedicación, fuerza, inteligencia y responsabilidad, lo que se refleja en su capacidad para superar las adversidades que se le impone en esta sociedad, tan desigual y definida en su contra”, comenta.

Despertar sensibilidades

Sobre la exposición, el artista piurano Juan Rodolfo López Ávila, señala que es es la voz o el "grito” impostergable, que desde hace treinta años Ñañake Torres plantea en su obra sobre la mujer maltratada.

“Es una decisión sustentada en la necesidad de expresar mediante un lenguaje unívoco y descarnado las diferentes opciones que ofrece su búsqueda estética, como la manifestación auténtica del "silencio o el grito"; ambos extremos identificados para comprender, los prejuicios y conceptos erróneos sobre lo que siente, piensa y padece la mujer víctima de maltrato. Estas aristas también comprenden la tarea de creación estética que los artistas exigen dentro del "ver” y "oír”, como un aporte moral a la igualdad de género en cuestión   y, al mismo tiempo, contribuir en despertar sensibilidades, crear conciencia e invitar a la participación preventiva y correctiva que permita poner fin al problema de la violencia contra la mujer”, señala.

A su turno, el crítico de arte italiano Alfio Borghese menciona que la esencia femenina está en el centro de la exposición “Mujer, alma y encanto”. De esta destaca la fuerza de la maternidad, la pasión, los amantes, el guerrero y la familia, que son temas favoritos de Ñañake Torres, quien reproduce con originalidad las características del simbolismo andino, la cultura popular y las imágenes históricas, incluidas las prehispánicas.

En la exposición se pondrán en exhibición más de 40 obras, desde “Dama azul a naturaleza”, “Juntos libremente”, “Siempre unidos” y “Canto a la paz”, pero también a los momentos negativos vividos por las mujeres, como “Desamor”, “Dolor” y “Pensadora”, pasando por “Esperanza” y “Amándote otra Vez”.

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MEDIO SIGLO DESPUÉS. ¿Y LOS JÓVENES?

Escribe: Larcery Díaz Suárez (*)
Edición N° 1347

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Tenía 16 años y muchas ilusiones difíciles de explicar, cuando a mediados de la década del sesenta egresé de la secundaria cantando a los Beatles, recitando el heroísmo del poeta y guerrillero Javier Heraud e idealizando al Che Guevara. Ingresé a la Universidad Nacional de Lambayeque cuando gobernaba Fernando Belaunde Terry, en su pronto amputado primer gobierno.

 La década del 60

En esa década se vivió una serie de cambios mundiales que cuestionaban el sistema de dominación europeo y estadounidense sobre los territorios coloniales o recién independizados de África, Asia y América Latina. El triunfo de la revolución cubana, el auge de movimientos izquierdistas en Latinoamérica y la guerra de Vietnam generaron un amplio movimiento de solidaridad en Europa y los propios EEUU.

En mayo de 1968, grupos estudiantiles de izquierda, contrarios a la sociedad de consumo, protestaron en París. Fue uno de los movimientos históricos que sentaron precedentes en cuanto a protestas juveniles. Para el mayo del 68, se unieron obreros industriales, sindicatos, intelectuales varios, y el Partido Comunista Francés. Fue la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y de Europa occidental, secundada por más de nueve millones de trabajadores. “No conozco otro episodio de la historia de Francia que me haya dejado el mismo sentimiento de irracionalidad”, escribió Raymond Aron. “Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir”, dijo sobre ese episodio de la historia el escritor y pensador Jean-Paul Sartre.

 

Primeros en protestar

En ese marco, el 3 de octubre de 1968 Juan Velasco Alvarado dio un golpe militar a Belaúnde. Primeros en protestar contra la dictadura fueron los jóvenes universitarios, algunos ya cuarteados políticos. En Chiclayo salimos a las calles contra las libertades conculcadas. Fue la primera vez que recibimos palos y gases lacrimógenos.

Uno de los que lideró las protestas fue Guely Villanueva Díaz, estudiante aprista de la Facultad de Educación de la única universidad pública de la región. Era presidente de la Federación Universitaria de Lambayeque (FUL). (Luego sería gobernador de Lambayeque y, más tarde, cónsul del Perú en Guatemala). Con él estuvo Miguel Porro Mendoza (luego profesor y secretario general departamental de su partido, hoy fallecido). Y también otro joven líder universitario de Derecho, por el lado de la izquierda: Duberlí Rodríguez Tineo (años después vocal y presidente de la Corte Suprema de la República). Asomaba su opción política Yehude Simon, tras ingresar a Medicina Veterinaria en abril de 1967 (Luego fue diputado, presidente regional y congresista).

Guely Villanueva recuerda ese 3 de octubre: Viajaba a Trujillo con el poeta Nicanor de la Fuente-NIXA para entrevistarse con el líder aprista Armando Villanueva. En Pacasmayo, se enteró por la radio del golpe militar. Regresó a Chiclayo y se dirigió a la cuarta cuadra de la avenida Balta, donde quedaba nuestra Facultad. Las clases eran normales. En los salones pidió permiso al profesor. “Hay que protestar contra el golpe que ha interrumpido el orden constitucional”, dijo. Con todos los alumnos, improvisando carteles, y gritando slogans, la manifestación se dirigió al parque principal; pero la Guardia de Asalto la detuvo a la altura de radio Délcar (cuadra seis).

Regresaron a la Facultad, cerraron el portón y subieron a la azotea desde donde lanzaban objetos a la pista ya cerrada al tráfico. “Después logré salir por una casa que da a la calle Colón y, sin que la policía se percate, fui con dos compañeros a la FUL en la calle 7 de enero. En la Facultad de Contabilidad y Enfermería trancamos las puertas y pusimos pizarras hacia la calle condenando el golpe”, rememora Villanueva.

Los días subsiguientes serían iguales. Entretanto, César Limo, estudiante del Instituto Pedagógico de Ferreñafe y militante aprista, con dos de sus compañeros tomaron por breves minutos Radio Star, en la calle Amazonas y lanzaron una proclama.

Nuestra Universidad Nacional de Lambayeque fue clausurada y no volvimos a las aulas hasta marzo de 1970, en una nueva universidad: la Pedro Ruiz Gallo, formada en fusión con la Agraria del Norte, de Lambayeque. Con la clausura, el autoritarismo militar y la inercia partidaria y ciudadana en general, las protestas juveniles decayeron. “Aquella dictadura nos robó 12 años de nuestra juventud (1968-1980)”, se lamenta Guely. Y con él me lamento yo.

 

El joven como protagonista

En abril del 2015, en un artículo para el periódico de la universidad donde dictaba clases, con el título Rebelde Way, hacía referencia a que el país volvía a asistir a una época de aireados reclamos donde el joven era su protagonista. La protesta había ocurrido el 5 de abril. Jóvenes de diversas tendencias políticas en el Perú salieron a las calles ante los 23 años del autogolpe de Fujimori de 1992, y las marchas previas contra la “Ley Pulpín” y la TV basura.

Habían pasado 47 años y no había visto una nueva protesta juvenil de tal magnitud y con tanto ímpetu a las rememoradas líneas arriba. El 18 de diciembre de 2014 el Congreso había aprobado la propuesta del Ejecutivo para crear un régimen laboral especial para que los jóvenes de 18 a 24 años no gocen de Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), gratificaciones, ni asignación familiar. Además, solo contarían con 15 días de vacaciones al año. Miles de jóvenes manifestaron su indignación en las redes. Pero muchos coincidieron en expresar este malestar en persona. Y salieron a las calles para oponerse en cuerpo y alma contra la “Ley Pulpín”. Cinco marchas multitudinarias de jóvenes en Lima y provincias (entre ellas Chiclayo), con detenciones y policías heridos, provocaron que la norma fuera anulada el 26 de enero de 2015. Vade retro.

Cinco semanas después los jóvenes volvieron. Esta vez contra la “TV basura”, para que se cumpla el artículo 40° de la Ley de Radio y Televisión que regula el horario familiar (6:00 am-10:00 pm) evitando contenido violento, obsceno o de otra índole “que pueda afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes”. Max Obregón Rossi, entonces decano del Colegio de Periodistas de Lima, organizador de esta marcha, me comentó que “fue uno de los actos cívicos más importantes en décadas. Miles de ciudadanos saliendo en simultáneo en veinte ciudades de costa, sierra y selva así lo confirmaron”. El periodista señalaba que no sólo los canales tienen responsabilidad, sino los anunciantes y precisaba que algunas marcas importantes estaban retirando sus avisos de dichos programas. Se veía que de nuevo había mirada social y política en la respuesta juvenil. Como no se veía en décadas.

Cinco años después, el 14 de noviembre del 2020, los jóvenes reaccionaron por la vacancia del presidente Vizcarra y la investidura de Manuel Merino como presidente. Inti Sotelo y Brian Pintado fueron muertos mientras ejercían su derecho a protestar, durante el enfrentamiento entre los manifestantes y la policía. Esa misma noche renunciaron los ministros del gabinete de Ántero Flores-Aráoz y, al día siguiente, el propio Manuel Merino.

Hace algunos meses, la Navidad estuvo marcada por hechos de sangre. En diciembre de 2022 Dina Boluarte había sucedido al expresidente Castillo y el país entró en una vorágine, con protestas antigubernamentales que ocurrieron hasta marzo, sobre todo en el sur, para pedir su dimisión y el cierre del Congreso. La represión militar y policial dejó 49 civiles fallecidos y centenares de heridos, entre ellos muchos jóvenes y por lo que la presidenta Boluarte enfrenta una denuncia constitucional por homicidio calificado y lesiones graves.

 

La vida política

Cuando escribí el artículo para el periódico universitario observé que los jóvenes (alrededor del 27% de la población), tenían apatía en participar en la vida política, de acuerdo a varios reportes. “El 60% no tenía ninguna motivación para participar en agrupaciones políticas, por la existencia de una crisis de la representación política”, dijo a un portal de radio Víctor Vásquez, entonces responsable de la Unidad de Programas y Proyectos de la Secretaría Nacional de la Juventud del Ministerio de Educación. Alejandra Navarro, miembro del Grupo de Investigación de Gestión y Política Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú-PUCP agregaba que “este desinterés por la política es peligroso porque el sistema solo puede sobrevivir siempre y cuando haya una vinculación entre la ciudadanía y la política”. “A un 60 por ciento de los jóvenes les interesa la política, pero no partidaria. Solo 1,5 por ciento está en partidos o movimientos políticos. Existe falta de representatividad y nivel de confianza en los partidos políticos. Nos estamos quedando con un no recambio generacional en el tema político", precisó a su turno René Galarreta, secretario nacional de la Juventud.

Una reciente investigación: Desafíos y Política de adolescentes y jóvenes en el Perú. Sistema de Naciones Unidas en el Perú, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), señala que “El enfoque basado en los derechos reconoce las personas como agentes que intervienen en su propio desarrollo, en vez de receptores pasivos de servicios”.

Allí se agrega que “la participación de todos los sectores de la población es esencial al ejercicio democrático. Los adolescentes y jóvenes son actores particulares de la política pública porque son quienes mayor tiempo vivirán las consecuencias de lo que ahora se decida, quienes menos voz tienen por estar en proceso de independencia, y porque son la fuerza productiva más importante del país..”.

Los adolescentes y jóvenes deben entonces ser tomados en cuenta para la toma de decisiones del país. Ellos tienen creciente consciencia de los problemas que enfrentan y de los cambios que esperan para sí mismos y el entorno en que se desarrollan. Los espacios de participación deben ser una ventana de expresión para todos los adolescentes y jóvenes del país. Ahora, en estos últimos meses, la juventud peruana – la chiclayana no es la excepción- ha vuelto a mostrarse apática en participar en la vida política. No se pretende que salga a las calles como carne de cañón, ni que solo espere las próximas elecciones para votar. Sí que, en aras de su próximo futuro, muestre su interés por lo que ahora viene sucediendo con la clase política envilecida y que avergüenza, desde la misma presidenta hasta el “Congreso de delincuentes”, como lo califica el periodista César Hildebrandt.

Y a pesar de que algunos jóvenes participan, por ejemplo, como veedores ciudadanos para construir una cultura de integridad, sobre todo buscando reducir la corrupción en la inversión y contratación pública, hay varios obstáculos en los jóvenes para su participación política. Esta se resume en cuatro factores: Desprecio a las instituciones y la política; los jóvenes prefieren espacios participativos lejos de la política partidaria; muchos de los jóvenes activos en la esfera pública prefieren organizaciones que sigan la idea de la democracia de base; y muchos jóvenes afirman que el Estado sigue siendo “adultocéntrico” en sus formas.

Lo que queda es hacer efectivos estos espacios de participación en la agenda pública y las políticas del país. Ello implica el difícil reto de fomentar una cultura democrática en medios culturales (hogar, escuela, barrio) donde suelen predominar las tradiciones de autoritarismo, machismo, racismo y acoso escolar.

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