El sonido es una forma de expresión desde tiempos primitivos. Los antiguos hombres por medio de instrumentos artesanales creaban imágenes acústicas que paulatinamente evolucionaron. Actualmente, el sonido tiene el poder de despertar emociones y envolver al oyente hasta sumergirlo en toda una historia.
La audición es el primer sentido que desarrolla la persona, situación que genera la actividad musical que data de la prehistoria, evidenciada en instrumentos como flautas de hueso o caña. El sonido juega un papel importante y sin él el hombre no podría expresarse como tal.
El sonido está presente en todo ámbito de la actividad humana, por tal motivo traza su propia trayectoria y evolución. Según Christian Ñeco Bornáz, joven sonidista lambayecano de 23 años, el sonido juega un papel protagónico en una producción audiovisual, pues acompaña a la imagen y finalmente entristece, alegra, recuerda o celebra.
FUNCIONES
El sonido transmite emociones y refuerza ideas que pretende transmitir el cineasta. Sin embargo, muchas veces pasa desapercibido porque las personas lo escuchan a diario y en todas las situaciones posibles.
En un producto audiovisual el sonidista se encarga del registro del sonido dentro del rodaje, ya sean diálogos o el sonido producido por el ambiente. Asimismo, evita que se filtren sonidos ajenos a lo planeado.
La labor del sonidista además es trabajar de manera creativa en un producto audiovisual. Entonces él también se encarga de orquestar los diálogos y matizar cada elemento que ha registrado previamente. De esa manera se obtiene, dice, la cuota exacta de emoción en las personas.
“A los 18 años estudié música en Lima. Desde muy pequeño me interesó sobretodo la parte técnica. Ahí aprendí conceptos básicos relacionados al sonido, cómo se comporta y algunas técnicas para tratarlo. Posteriormente tomé un curso de dirección de sonido en Chiclayo a cargo de Omar Pareja, un director peruano. Desde ahí me enganché con todo el mundo audiovisual y decidí que quería dedicarme a eso”, cuenta.
ANHELOS
“Me gustaría formarme en Cuba o Argentina en cuanto a edición y registro de sonido porque allá tienen escuelas especializadas en este tema. En Latinoamérica son muy pocas escuelas de cine las que ofrecen especialización en las distintas ramas. Quienes toman estos cursos estudian edición o guion, pero aspectos técnicos como el sonido no”, dice.
Para Christian Ñeco es importante promover la formación de los realizadores audiovisuales a través del sonido y no necesariamente desde la imagen.
“Una directora argentina llamada Lucrecia Martel constantemente se cuestiona por qué los cineastas se forman desde la imagen siendo el sonido una parte tan importante dentro de la expresión del cine. Ella en sus películas procura contar una historia desde el sonido”, refiere.
PROYECTOS
El sonidista ha colaborado en varios proyectos lambayecanos como: “Me elegiste a mí”, una producción acreedora al mejor documental en el Festival de Cortos de Vista. “Historias del puerto” y “Amargo café” son otros documentales en los que participó.
“Roma” y “Por culpa del muerto” son algunos de los cortometrajes de ficción, así como otros experimentales dentro de la universidad.
En cuanto a producción nacional, Christian participó como asistente de Omar Pareja en “Sobredosis de amor”, una comedia romántica que gira en torno a tres amigos y las situaciones que atraviesan y “Solteros inmaduros”, que relata la historia de dos amigos de promoción del colegio que se reencuentran en un momento complicado.
“Participar en cada producción es un mundo distinto. Cuando te equivocas en la universidad lo repites al día siguiente, pero aquí no, aquí todo es más rápido, más técnico, no hay tiempo para equivocarse. Trabajar en lo que amo es algo reconfortante, pues de cada pequeño lugar se aprende algo”, comenta.
DIFICULTADES
La principal dificultad en provincias, manifiesta, es que existen deficiencias técnicas y el acceso a la información es limitado.
“La movida cinematográfica cada vez es mayor en provincias. Hay más gente que se interesa un poco más sobre estos temas y aspira a convertirse en directores de cine, de fotografía, de sonido, pero no existe el equipo ni la tecnología adecuada. Además, hace falta instituciones especializadas que formen a las personas”, menciona.
Según Christian Ñeco, las personas son todistas. Es decir, realizan distintas actividades en lugar de delegar cargos. Ello ocasiona que las diferentes áreas no se desempeñen bien porque al contar con una sola persona para realizar un trabajo grande se satura y no da su 100 %.
Otro problema es que gran cantidad de producciones audiovisuales se gesta en las universidades. Sin embargo, sus plataformas de difusión son limitadas y sucede que cortometrajes o documentales no tienen la respuesta que se espera.
Para él es urgente la creación de canales de distribución y exhibición de proyectos cinematográficos provenientes de universidades, pues no sirve de mucho generar contenido si no tienen una salida adecuada que enriquezca culturalmente a la población.