Chiclayo fue sede del Simposio de Actualización en Radioterapia y Oncología, organizado por la Clínica Auna, reuniendo a especialistas nacionales y extranjeros, quienes analizaron los avances en el tratamiento de pacientes con cáncer y sus resultados. Expresión conversó con el médico Cleysser Custodio Polar, especialista en radioterapia sobre la situación de la enfermedad en el país y los retos que se enfrentan en las regiones.
La tecnología ha avanzado y la ciencia médica sigue innovando en los tratamientos oncológicos, prueba de ello es que la radioterapia se ha modernizado y es un procedimiento cada vez menos invasivo. ¿Qué es lo más destable de estos avances?
El tratamiento con radioterapia es uno de los más antiguos contra el cáncer. Sin embargo, la radioterapia desde sus inicios hasta la actualidad ha sufrido una serie de cambios, todos directamente relacionados con la tecnología.
Y es que a lo largo de la historia la tecnología ha permitido controlar la dosificación de radioterapia que se da a un individuo y, por ende, también controlar los efectos adversos. Hoy por hoy tenemos estándares de altísima calidad que nos permiten que los pacientes que son sometidos a radioterapia tengan una estancia menor en las clínicas u hospitales y gozar de menores efectos adversos, dependiendo la zona de la tumoración y del campo a irradiar.
Hace 20 años, dependiendo del tipo de cáncer, un paciente podía recibir entre 20 y 25 sesiones de radioterapia, y hoy se ha reducido a 15 o siete días.
Los pacientes oncológicos que han recibido radioterapia han referido sentir en algún momento dolor muscular, esquelético, problemas estomacales o neuropatías. ¿Se han reducido estos efectos secundarios?
Claro que sí, la tecnología nos ha permitido que antes de irradiar tomemos tomografías previas y eso nos da como ventaja saber cuáles son los órganos que se ubican alrededor de la zona tumorada, de tal manera que la irradiación que le llega a los órganos sea mínima y la máxima concentración sea en el tumor. Hoy es posible dosificar cuánta radiación le llega a cada parte del cuerpo.
¿Cómo está el Perú respecto a los avances tecnológicos para el tratamiento del cáncer? ¿Es mucha la diferencia con otros países de la región?
En nuestro país el gran problema que tenemos es la cantidad de equipos. Más o menos hace unos cinco o seis años, aproximadamente, empezó el cambio con equipos modernos y técnicas sofisticadas. Sin embargo, para 33 millones de peruanos, los equipos con tecnología top son insuficientes.
De ahí la importancia de que como clínica hemos puesto esa tecnología al alcalde de los pacientes de toda la macro región norte con nuestra sede en Chiclayo, evitando que tengan que desplazarse hasta Lima.
¿Qué temas son los que se han tratado en el simposio realizado en Chiclayo?
Debo recalcar que este uno de los encuentros más importantes de toda la macro región norte, no solamente por la implicancia y la calidad de los temas, sino también por los ponentes. No solamente tuvimos ponentes nacionales, sino también procedentes de Panamá, Colombia y Chile.
Esto nos permitió consolidar una serie de temáticas basadas no solo en la radioterapia, sino también en oncología y cirugía, las tres grandes ramas para el tratamiento de pacientes oncológicos, haciendo posible la especialización de los profesionales. No solo la radioterapia ha evolucionado, también las otras ramas.
Lo que buscamos es generar las capacidades para beneficiar al paciente con menos efectos adversos y cuidado para que este pueda pasar la enfermedad de una mejor manera. Sabemos que todos los pacientes oncológicos tienen una dificultad en el proceso de asimilación del diagnóstico y carga con ese peso, que resulta siendo familiar y muy fuerte.
Al actualizarnos podemos ofrecer opciones terapéuticas para que el camino del paciente sea más llevadero.
¿Todo paciente diagnosticado con cáncer debe recibir quimioterapia y radioterapia, o no necesariamente?
No necesariamente, todo depende del tumor y de la etapa en la que está. Podemos tener un tratamiento con sólo cirugía o solo radio o solo quimioterapia y las combinaciones, pero como indico todo eso estará relacionado a la etapa en la que se realiza el diagnóstico y el tipo de tumor que se va a tratar.
En las cirugías, por ejemplo, el mayor avance es que actualmente se procura la conservación. Antes, hace 40 o 30 años, se decía que ante la aparición de un tumor había que ser lo más radical posible y aplicar la mutilación. Hoy la tendencia ya no es mutilar, sino asegurar la conservación del órgano sin que ello repercuta en el pronóstico de la enfermedad.
¿Cuáles son los tipos de cáncer con mayor incidencia en el Perú? ¿Siguen liderando la estadística mama y cérvix?
En Lambayeque no somos muy ajenos a la realidad promedio nacional. Hoy por hoy los tres cánceres a nivel global son: cérvix y mama, como los causantes de mayor morbimortalidad en la mujer, y de estómago y próstata en el caso de los varones. Para el caso de Lambayeque se puede agregar la incidencia del cáncer de piel, lo que obedece a situaciones geográficas o que pacientes de regiones vecinas son referidos aquí.
La tendencia de esos tipos de cánceres en Lambayeque obedece a la misma que existe a nivel nacional.
Se ha dicho siempre que el diagnóstico del cáncer de páncreas o de estómago es muy tardío. ¿Se ha logrado revertir esta situación?
Desde hace unos años existe una política nacional que es el Plan Esperanza, cuya intención fue instaurar sistemas y sobre todo la descentralización de los servicios oncológicos en el país.
Bajo ese concepto lo que se ha logrado es que se aumente la accesibilidad a los servicios de salud de la población. Sin embargo, esto aún es insuficiente.
Para 33 millones de peruanos los esfuerzos del Estado todavía son insuficientes. En la parte preventiva y promotora hay mejoras, pero esto todavía es deficiente al interior del país y eso ocasiona que los casos que se reciben en los hospitales ya sean avanzados.
Refirió que una de las deficiencias que tiene el Perú es el equipamiento, pero también hay carencia de especialistas y los pocos que existen se concentran en las grandes ciudades, sobre todo de la costa. ¿Cómo mejorar este problema?
Este es un problema, sobre todo, de oportunidad laboral, que es una de las principales tentativas que tiene el médico especialista recién egresado para quedarse en la capital. Esto obedece a que los servicios y la centralización todavía es muy alta.
Lo otro que es necesario es avanzar en la formación de los médicos especialistas, aspecto que tiene que ser evaluado por la Asociación Peruana de Facultades de Medicina y el Comité Nacional de Residentado Médico, que deberían orientar las plazas a las necesidades regionales, porque no es la misma demanda la que presenta Lambayeque que la que existe en Apurímac o Ucayali.
Si bien hay mayor cantidad de plazas para residentado, faltaría compatibilizar ésta con las necesidades de cada región.
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