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EN LECTURA: SOLO 3 DE CADA 10 ESTUDIANTES EN LAMBAYEQUE ALCANZÓ RESULTADOS SATISFACTORIOS

Escribe: Semanario Expresion
Edición N° 1398

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  • Un estudiante que no entiende lo que lee difícilmente podrá seguir aprendiendo con autonomía o tomar decisiones informadas.

 

Los últimos resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA) 2024, publicados por el Ministerio de Educación, revelan una preocupante realidad en Lambayeque: apenas el 31,2 % de los estudiantes de cuarto de primaria alcanzó un nivel satisfactorio en Lectura. Si bien esta cifra representa una leve mejora frente al 28,3 % registrado en 2023, sigue siendo alarmante que solo 3 de cada 10 escolares logren este resultado positivo. El desafío educativo en la región continúa siendo urgente.

“Esta situación compromete seriamente la equidad y calidad del sistema educativo, y refuerza la necesidad de implementar estrategias pedagógicas más eficaces, acompañamiento docente continuo y políticas sostenidas que prioricen la mejora del rendimiento escolar desde los primeros grados. Ignorar esta brecha es comprometer el desarrollo humano y productivo del país”, subrayó Carlos León, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo - Redes.

En el caso de Matemática, en tanto, hubo una leve mejora: 26,9 % de estudiantes logró un nivel adecuado, superando el resultado del año anterior (16,1 %). El economista precisó que un estudiante que no entiende lo que lee difícilmente podrá seguir aprendiendo con autonomía o tomar decisiones informadas. Y sin habilidades matemáticas mínimas, se ve restringido incluso en situaciones cotidianas, como la administración de su dinero.

Al cierre de 2024, 4 de cada 10 colegios en Lambayeque debían ser demolidos por graves problemas de infraestructura: techos a punto de colapsar, aulas sin agua ni luz, y estructuras altamente vulnerables a desastres naturales. Esta situación afectaba a más de 36 mil estudiantes, poniendo en riesgo su seguridad y el desarrollo del año escolar 2025.

Otras regiones

Loreto enfrenta una de las situaciones más críticas del país en materia educativa. En 2024, solo el 12,8 % de los estudiantes de cuarto de primaria alcanzó un nivel satisfactorio en Lectura, y apenas el 6,3 % lo hizo en Matemática. Aunque hubo una ligera mejora en Lectura respecto al año anterior, Loreto sigue siendo la región con el peor desempeño. Esta situación refleja una profunda desigualdad, donde miles de niños y niñas no acceden a una educación de calidad equiparable a otras zonas del país.

La problemática también se extiende a otras regiones amazónicas como Ucayali, San Martín y Madre de Dios, donde solo el 19 % de los estudiantes obtuvo resultados satisfactorios en Lectura. Esta realidad exige inversiones más eficientes y adaptadas al contexto, con especial énfasis en la capacitación docente, la mejora de infraestructura y el desarrollo de materiales educativos pertinentes para el entorno rural y amazónico.“No se trata solo de invertir más, sino de invertir mejor”, advirtió León.

En contraste, Moquegua y Tacna lideraron nuevamente los resultados en Lectura y Matemática, aunque ambas regiones sufrieron caídas en comparación con 2023. A pesar de estos buenos desempeños, el sistema educativo nacional aún no recupera los niveles prepandemia. Para León, la mejora del servicio educativo debe ser una prioridad nacional: sin infraestructura adecuada, docentes preparados y un plan educativo acorde a los desafíos actuales, el país seguirá atrapado en un ciclo de estancamiento que limita el desarrollo de sus futuras generaciones. 

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S/500 MILLONES EN PÉRDIDAS AL AÑO: LA PÉSIMA INFRAESTRUCTURA VIAL Y EL TRÁFICO PESAN SOBRE CHICLAYO

Escribe: Semanario Expresion
Edición N° 1398

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  • En Chiclayo, recorrer apenas 12 kilómetros puede tomar en promedio 23 minutos, un tiempo tres veces mayor al que se requiere en ciudades con infraestructura vial adecuada.

“En las últimas décadas, el crecimiento urbano de Chiclayo ha estado acompañado de un incremento preocupante del tráfico vehicular. Los problemas de transporte repercuten negativamente en todos los ámbitos, generando siniestros de tránsito, pérdida de competitividad y elevados costos para la población. Solo por congestión y falta de infraestructura vial, Chiclayo pierde más de 500 millones de soles al año”, así lo señaló Mario Candia, Ingeniero de Tránsito de la Consultora Transis, durante la presentación: “Retos y Oportunidades del Tránsito en la ciudad de Chiclayo”.

Según Candia, el impacto del tráfico vehicular se siente con fuerza en sectores clave para la economía local como el comercio, la agroindustria, la construcción y la manufactura. “La deficiente infraestructura vial, sumada a la falta de fiscalización y orden, genera un transporte informal desbordado, sin tecnología y con una cultura vial carente de respeto, lo que se traduce en demoras, accidentes y pérdida de horas hombre”, explicó.

El especialista también remarcó que Chiclayo, con una población metropolitana cercana a los 800 mil habitantes, debería contar con al menos 40 kilómetros de autopistas urbanas y un sistema de transporte público masivo e integrado. Sin embargo, la “Ciudad de la Amistad” no cuenta actualmente con una sola autopista y su sistema de transporte público es básico, caótico y sin planificación a largo plazo.

“El 2024 se actualizó el Plan de Desarrollo Metropolitano de Chiclayo 2022 – 2042, pero hasta ahora no se ejecutan obras de envergadura. En teoría, existen planes de mejora. En la práctica, la ejecución es mínima o nula. Chiclayo requiere un plan de desarrollo urbano definitivo, consensuado y respetado por todas las gestiones municipales. No se puede seguir reinventando la rueda cada cuatro años. Esto solo prolonga el estancamiento de una ciudad clave para el norte del país”, agregó Candia.

Tiempo en las calles

Una muestra clara de este problema es el tiempo promedio para recorrer 12 kilómetros en la ciudad: 23 minutos en Chiclayo, frente a 16 minutos en Santiago de Chile y solo 6 en ciudades con infraestructura desarrollada como en EE.UU. “Esta pérdida de tiempo se traduce en pérdida de dinero y competitividad”, advirtió.

Por su parte, Jaime Graña Belmont, Gerente General del Gremio Automotor, indicó que “los chiclayanos, al igual que todos los peruanos, perdemos tiempo y dinero todos los días debido a la congestión vehicular que enfrentamos. Esta situación requiere soluciones estructurales y sostenidas en el tiempo”.

Desde la Asociación Automotriz del Perú (AAP), Graña Belmont reafirmó el compromiso del sector: “Estamos dispuestos a contribuir con nuestra experiencia para abordar los problemas estructurales del transporte en el país, incluyendo la necesidad urgente de desarrollar macromovilidad: autopistas de ingreso controlado, infraestructura de gran escala, un sistema de transporte masivo urbano e interurbano y centros de gestión del tránsito con semaforización inteligente”.

Finalmente, resaltó la necesidad de unir esfuerzos: “La participación del sector privado, junto con las autoridades municipales, regionales y nacionales, es fundamental para lograr resultados sostenibles. No podemos seguir postergando las soluciones que Chiclayo, y el Perú, necesitan con urgencia”.

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LA GENERACIÓN DEL CONFINAMIENTO: EL IMPACTO DEL AISLAMIENTO POR LA PANDEMIA EN EL DESARROLLO INFANTIL

Escribe: Leonardo Tuñoque Becerra (*)
Edición N° 1398

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Durante la pandemia de Covid-19, el mundo vivió un experimento social sin precedentes: una infancia encerrada. Si bien el objetivo era evitar la propagación del virus, las consecuencias para los más pequeños han sido profundas. Hoy, múltiples investigaciones señalan que ese encierro no fue inofensivo, sobre todo en el desarrollo neurológico, cognitivo, emocional y social de los niños. Estar en casa, lejos de los parques, sin escuela ni contacto con otros niños, no es solo un recuerdo curioso: es un episodio con efectos medibles en una generación que aprendió a caminar sin explorar el mundo y a hablar sin ver bocas.

Estudios globales han revelado que los niños nacidos durante la pandemia presentan puntuaciones más bajas en pruebas de desarrollo neurológico a los seis meses, independientemente de si estuvieron expuestos al virus. Esto sugiere que el entorno psicosocial –confinamiento, estrés parental, falta de estimulación– afectó su desarrollo cerebral. La neurociencia ya había advertido que el estrés materno durante el embarazo tiene impactos directos en el desarrollo infantil, y la pandemia trajo consigo una carga emocional intensa para muchas madres gestantes, con ansiedad, aislamiento y temor al contagio. Todo eso formó parte del “ambiente prenatal” de miles de bebés que nacieron en plena emergencia sanitaria.

Desarrollo del lenguaje

Una de las áreas más sensibles ha sido el desarrollo del lenguaje. Durante el confinamiento, los niños pequeños interactuaron menos con personas ajenas al núcleo familiar. Además, el uso extendido de mascarillas dificultó la observación de gestos faciales y movimientos labiales, esenciales para aprender a hablar. Aprender a hablar no solo se trata de escuchar palabras, sino de ver cómo se articulan, de leer rostros, de imitar expresiones. En países como España, se ha reportado un incremento en los diagnósticos de retraso del lenguaje en niños nacidos entre 2020 y 2021. Muchos profesionales señalan que los niños que hoy tienen tres o cuatro años pronuncian menos palabras, estructuran frases más simples o tienen más dificultades para expresarse emocionalmente que los niños de generaciones anteriores.

El cuerpo también se vio afectado. La restricción de movilidad redujo el tiempo que los niños dedicaban al juego activo, especialmente en contextos urbanos. La ausencia de actividad física al aire libre, combinada con un aumento del tiempo frente a pantallas, ha tenido un impacto negativo en el desarrollo motor. Trepar, correr, lanzarse, ensuciarse: todo eso estuvo prohibido. Niños que deberían haber estado explorando su entorno, desarrollando el equilibrio, la coordinación y la fuerza muscular, pasaron meses encerrados en casas muchas veces pequeñas, sin espacio suficiente para moverse libremente. Un estudio en Aragón, España, comparó niños nacidos antes y durante la pandemia, y encontró más casos de retrasos psicomotores en los segundos.

Salud emocional

La salud emocional de los niños también se vio alterada. En China, un estudio reportó que más del 20 % de los escolares presentó síntomas de depresión y ansiedad después de dos meses de confinamiento. Este patrón se repite en varios países. El aislamiento, el temor al contagio y la pérdida de rutina generaron un entorno emocional desfavorable para el desarrollo de la regulación emocional, la empatía y la resiliencia. El encierro no fue simplemente físico, también fue emocional: los niños perdieron vínculos, actividades, expresiones de afecto, y enfrentaron el malestar de los adultos sin muchas herramientas para entenderlo.

Aprender a compartir, negociar, pedir permiso, consolar o pedir perdón: todo eso se aprende en la interacción con los demás. Pero durante meses, los niños se vieron privados de esa práctica cotidiana. El encierro redujo drásticamente las oportunidades de socialización. Psicólogos han advertido sobre el deterioro de habilidades sociales, especialmente en niños con ansiedad social, quienes perdieron la escasa práctica que tenían. Incluso aquellos niños que inicialmente se sintieron más cómodos al no ir a la escuela, al no enfrentar situaciones sociales difíciles, hoy enfrentan un regreso complejo, donde su inseguridad se ha agudizado.

El cierre prolongado de escuelas dejó a millones de niños sin su principal espacio de socialización, estructura y contención emocional. En 2021, más de 600 millones de estudiantes seguían afectados por el cierre total o parcial de sus centros educativos. Esto no solo interrumpió el aprendizaje formal, sino también las rutinas que organizaban su día a día. La escuela es, para muchos, el único espacio donde reciben alimentos, atención médica y afecto estable. Dejar de asistir a clase significó mucho más que dejar de aprender matemáticas.

El juego

Durante la pandemia, el juego –fundamental para el desarrollo infantil– fue relegado por el entretenimiento digital. Si bien los dispositivos electrónicos ofrecieron alternativas de aprendizaje, su uso excesivo ha tenido efectos negativos. Las investigaciones apuntan a una correlación entre el aumento del tiempo de pantalla y la disminución del lenguaje y la atención, sobre todo en niños en etapa preescolar. En muchos hogares, el celular o la tablet se volvieron el recurso fácil para mantener a los niños ocupados mientras los adultos trabajaban desde casa, agotados y desbordados. Pero ese uso no guiado, no supervisado, terminó desplazando otras experiencias esenciales.

La región latinoamericana fue una de las más golpeadas por la pandemia, no solo en términos de contagios, sino también por la duración de los confinamientos. En promedio, los estudiantes perdieron 158 días de clases presenciales solo en 2020. Pero el problema fue más allá: uno de cada tres niños no tuvo acceso a educación virtual. La brecha digital agravó el aislamiento de los más vulnerables. Además, la pobreza infantil aumentó significativamente. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que en 2021 más del 51 % de los menores vivía en hogares en situación de pobreza. Esto se traduce en menos estimulación, menos acceso a salud y alimentación inadecuada.

Perú destaca entre los países con confinamiento más prolongado. Las escuelas permanecieron cerradas por casi dos años y, durante los primeros meses de la pandemia, incluso se prohibió que los niños salieran a las calles. Esta situación generó consecuencias visibles: aumento de la ansiedad, retrasos en el lenguaje y desarrollo emocional afectado. Una encuesta de UNICEF reveló que más del 30 % de los niños peruanos presentaban dificultades socioemocionales, cifra que se duplicaba cuando los padres también estaban afectados. Especialistas reportaron un incremento de consultas por regresión conductual, problemas de sueño y dificultades para retomar la interacción social.

En cuanto al lenguaje, pediatras peruanos han observado que muchos niños pequeños expuestos casi exclusivamente a conversaciones adultas o pantallas durante la pandemia hablan menos de lo esperado. Logopedas del sistema público reportan una mayor demanda de terapias de lenguaje para niños de dos y tres años. Y en el aspecto físico, también hubo consecuencias: más sedentarismo, sobrepeso infantil y menos desarrollo de habilidades motrices finas y gruesas.

Posibilidad de cambio

Pero este escenario, aunque preocupante, no es definitivo. El desarrollo infantil tiene una virtud poderosa: su plasticidad. El cerebro de los niños puede recuperarse, reorganizarse y fortalecerse si se le brindan las condiciones adecuadas. Las intervenciones tempranas, el fortalecimiento de redes comunitarias y la priorización de la infancia en políticas públicas son clave. No basta con volver a clases: se requiere detectar, acompañar y crear espacios seguros de juego, contención emocional y aprendizaje.

Este escenario nos deja varias lecciones. El desarrollo infantil es sensible al contexto. Un entorno sin juego, sin pares y con alto estrés impacta negativamente, incluso en ausencia de enfermedad. Las desigualdades estructurales amplifican el daño. Los niños con menos recursos sufren más y tienen menos herramientas para recuperarse. Pero el desarrollo es recuperable. La plasticidad del cerebro infantil permite revertir retrasos si se actúa a tiempo.

No estamos frente a una generación perdida, sino ante una generación distinta, con desafíos particulares. La pandemia dejó huellas, pero también abrió oportunidades para repensar cómo criamos, educamos y acompañamos a los niños. Si logramos poner sus necesidades al centro, aún estamos a tiempo de garantizarles un desarrollo pleno. La generación del confinamiento tendrá cicatrices, pero también tiene futuro. Depende de nosotros ayudarlos a reconstruirse.

 

 (*) Psicólogo, fundador de NeuroNitas. 

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MUNICIPIO ESCOLAR IMELDINO ES JURAMENTADO POR ALCALDESA DE CHICLAYO

Escribe: Semanario Expresion
Edición N° 1398

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En el marco de la promoción e incorporación de prácticas, hábitos y costumbres que contribuyen a la comprensión y el fortalecimiento de la convivencia democrática, así como el ejercicio de la ciudadanía activa; en la I.E.P. Beata Imelda se vivió la Fiesta de la Democracia durante las Elecciones y Juramentación del Municipio Escolar Imeldino 2025.

En la entrevista a la Gestora de la Oficina ONPE, señorita Teresa Giovanna Durand Silva, quien en su función de veedora del Proceso de Elecciones 2025 para Municipio Escolar opinó: “En Beata Imelda se vive la verdadera fiesta de la democracia, he podido brindar el asesoramiento en las mesas de sufragio y constatar la forma responsable como se han conducido tanto los miembros de mesa, las personeras y las electoras”.

Asimismo, los docentes de Ciencias Sociales Emilio Max Abad Castillo y Jorge Junior Nolasco Carrasco expresaron que: “Tener espacios para fomentar la participación estudiantil mediante el Municipio Escolar requiere, desde luego, organizar las inquietudes y los esfuerzos en entidades que canalicen y orienten las posibles formas de participación en la escuela; por eso consideramos que esta organización estudiantil es una instancia representativa del grupo de estudiantes y un espacio educativo para la formación, que permite interactuar, mejorar la comunicación, representar a las estudiantes y a Beata Imelda en general; desarrollando capacidades para el ejercicio de un liderazgo democrático”.

El Comité Electoral Imeldino proclamó a la lista ganadora denominada “Liderazgo imeldino” encabezada por la estudiante de cuarto grado de secundaria Roxana Valentina Huamán Pizarro e integrada por su Teniente Alcaldesa Adriana Contreras, Regidora de Cultura y Actividades Romina Coico, Regidora de Comunicación y Derechos Sheyla Julián, Regidora de Defensa Civil y Cuidado del Ambiente Rafaela Vargas y la Regidora de Paz y Apostolado Keaty Saavedra.

El Municipio Escolar Imeldino 2025, fue juramentado por la Alcaldesa Provincial de Chiclayo Sra. Janet Isabel Cubas Carranza; en dicha ceremonia de juramentación participaron las autoridades de de la I.E.P. Beata Imelda liderados por su Directora Hna. Verónica Ysabel Agurto Olivari, representantes de la Comisaría César Llatas, padres de familia y estudiantes, quienes se mostraron convencidos de que el colegio Beata Imelda es un espacio privilegiado para labrar una ciudadanía democrática; un lugar apropiado para construir una comunidad de personas que aprenden a conocerse como sujetos de derecho, que reconocen sus diferencias y aprenden a convivir pacíficamente, y que cuestionan la realidad de su entorno para actuar frente a ésta. En resumen, un lugar para promover y ejercer los valores de la democracia.

 

Corresponsales Escolares

Lucía Regina Canales Usquiano

Yajaira Iveth Chamaya Rubio

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